Para quienes están en el mundo del turismo es bastante claro qué se entiende por turista y por viajero, y los identifican fácilmente desde que los ven. Pero para la mayoría de los parroquianos no es tan sencillo saberlo. Se suelen escuchar frases como “un turista mira, un viajero vive”, o “un turista cumple un programa y un viajero explora sensaciones”, y la que dice que “la diferencia entre un turista y un viajero es que mientras el primero piensa en regresar, el otro solo piensa en continuar”.
María Claudia Lacouture: un turista mira, un viajero vive
Los viajeros ven lo que quieren ver, mientras los turistas ven lo que han venido a ver. El viajero está más asociado a la aventura y al desapego, y puede ser un estudiante, un hombre de negocios o una ama de casa, no es un asunto de ocupaciones, sino de personas, los que prefieren cumplir con sus planes y quienes podrían cambiar su rumbo en cualquier momento.
Son interesantes ambos perfiles y es importante reconocerlos, distinguirlos, es solo verlos: el turista con sus mapas, anotaciones y una agenda, y los viajeros siempre abiertos para cambiar de plan, igual van a la montaña o pasan por los monumentos, salen detrás de historias o se mimetizan con las comunidades locales.
El viajero se caracteriza por descubrir, el turista por conocer. Los turistas tienen un itinerario acotado y un esquema bastante estructurado, porque la duración de su estadía ya está predeterminada. En cambio, el viajero es flexible, desecha los límites y lleva al extremo sus posibilidades de tiempo y dinero.
Al ser más largos los trayectos de los viajeros deben buscar hacer economía, y una de las formas es con el hospedaje, por este motivo se inclinan por hostales u hoteles de paso. Por lo contrario, es común que los turistas escojan hoteles de cuatro o cinco estrellas todo incluido. Este es un comportamiento poco habitual entre los viajeros.
A veces me pregunto si soy más turista o viajera. La verdad es que para las personas que no disponemos de mucho tiempo, que viajamos con la familia y tenemos la obligación de que todos estemos felices y conformes, es más fácil y sencillo ser un turista, aunque casi todos llevamos un viajero por dentro, con distinta intensidad, vocación, tiempo y posibilidades.
Turista o viajero. Es importante distinguirlos y trabajarlos de forma diferente, aunque el cliente natural, por supuesto, es el turista que busca, consulta, reserva, compra, gasta y regresa. Y porque nunca se sabe cuándo un viajero cambiará de rumbo.
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