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María Claudia Lacouture

María Claudia Lacouture: SOS para La Guajira y San Andrés

María Claudia Lacouture hace un llamado de emergencia para apoyar a La Guajira y San Andrés frente a las crisis económicas, sociales y turísticas que viven.

Los datos oficiales indican que el turismo nacional se reactivó y superó los niveles de la prepandemia. Buenas noticias para las estadísticas, sin embargo, no tan buenas para dos de los destinos más hermosos del país, La Guajira y San Andrés, los cuales padecen situaciones difíciles que exigen una presencia más efectiva del Estado.

Para La Guajira el Gobierno ha decretado el estado de emergencia, económica, social y ecológica para afrontar la que ha llamado grave crisis humanitaria por la escasez de agua, la falta de alimentos por dificultades para el acceso físico y económico, el cambio climático acentuado por los climas cálido desértico y cálido árido que predominan en el territorio y que vienen afectando profundamente las fuentes de agua, además de la carencia de infraestructura eléctrica adecuada.

San Andrés no levanta cabeza, es uno de los pocos destinos que no ha visto recuperar la ocupación y el sector se ve en aprietos para operar, agravado todo por la caída en el número de vuelos causada por la quiebra de las aerolíneas Viva Air y Ultra Air, sumado al alto costo de los combustibles que han aumentado el precio de los tiquetes aéreos que ya se habían encarecido por el fin de los descuentos del IVA a toda la industria. Como si fuera poco, los desastres ocasionados por los huracanes siguen haciendo mella.

Claramente los casos de La Guajira y San Andrés deben ser considerados excepcionales, por lo que hay que enfocar allí los mayores esfuerzos, con medidas de profundo calado y propuestas innovadoras y atractivas que mejoren la oferta, acompañadas por un plan de desarrollo sostenible que incluya inversión privada, inversión extranjera y cooperación internacional.

También valdría la pena promover el turismo solidario, que es una modalidad extraordinaria que aplican los países para incentivar los destinos afectados por coyunturas exógenas con medidas atractivas para reforzar la conectividad y bajar costos locales, acompañado de inversión en infraestructura, programas de formación, emprendimiento y desarrollo económico.

Superado el escollo de los reclamos de Nicaragua surge la oportunidad de que los esfuerzos públicos y privados se enfoquen en fortalecer el apoyo económico y social para mejorar las oportunidades en el archipiélago e impulsar el turismo sostenible, fuente de empleo e ingresos para sus habitantes.

Los programas de Fontur suman, pero son insuficientes ante la gravedad de la situación. Se requiere de un esfuerzo mayor, integral y con contundencia a largo plazo.

A corto plazo es inaplazable tomar medidas de descuentos tributarios, crear incentivos, porque según los operadores la situación tiende a empeorar, ya que no se ha podido recuperar lo perdido y los turistas perdieron interés por las complicaciones existentes y por la experiencia de los pasajeros que perdieron sus vuelos, dinero y tiempo.

Muchas empresas pueden desaparecer y con ello importantes empleos que sustentan el tejido social. Estos dos destinos requieren que se pase de la retórica de que el turismo es el nuevo petróleo a la acción y la realidad. Es hora de que se muestre que tanto le queremos apostar al turismo.

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