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María Claudia Lacouture

María Claudia Lacouture: que nadie se quede sin hacer turismo en su vida

María Claudia Lacouture explicó la importancia de los viajeros de la tercera edad e hizo hincapié en que hay que hacer turismo por lo menos una vez en la vida.

Por el Aeropuerto Internacional El Dorado vi circular un grupo de al menos 100 personas mayores, con chalecos de Gachancipá. Llamaba la atención que iban muy ordenadas y animadas, y pregunté a una de ellas a dónde viajaban. Me contó que salían en dos vuelos para Pereira porque pasarían unos días en los termales naturales de Santa Rosa de Cabal. El resto me contó sin preguntárselo. Iban invitados por el municipio, que todos los años los lleva a un lugar diferente de manera gratuita y además dispone de programas especiales para que los adultos mayores tengan entretenimiento, salud y una dieta alimenticia balanceada.

Había personas muy mayores, pero también un grupo de apoyo que ayudaba con diligencia. La señora contó que el año pasado fueron a Villeta y que hace tres años conocieron el mar, en Cartagena.

"Literalmente conocimos el mar, casi ninguno había estado frente al mar ni se había subido a un avión", dijo la señora que estaba tan orgullosa del programa de su pueblo que no paraba de contar detalles. El programa "Vejez Digna" de Gachancipá lleva al menos cuatro administraciones y los destinos se deciden por licitación pública. Cualquier destino de Colombia puede participar.

Por increíble que parezca hay muchas personas que en el otoño de sus vidas nunca han hecho turismo distinto a los llamados paseos de olla en sus entornos naturales, personas trabajadoras a las que la vida se les pasó apenas sobreviviendo a las dificultades de la pobreza. Y qué mejor que el turismo para resarcir esa deuda social.

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Un nicho importante

En general, las personas de la tercera edad viajan cada vez más y tienen muy claro cuáles son sus preferencias atendidas y, también, las desatendidas. Las vacaciones de antaño no presentaban oportunidades más allá de las visitas a la familia y, cuanto más, al barrio del pasado, a la casa del pueblo. Ahora, todo es diferente.

La tercera edad se ha transformado en uno de los más grandes activos del sector turístico. Aunque como en todo hay excepciones, la capacidad adquisitiva y el tiempo del que los jubilados disponen -la longevidad, por un lado, la gana de seguir viviendo o, "de empezar a vivir", por otro-, ha acrecentado esta tendencia y multiplicado la demanda.

Las autoridades y los operadores turísticos -ambos con una mezcla de justicia, sensibilidad y responsabilidad complementaria al empuje comercial- se están esforzando cada día más para ofrecer buenos servicios a personas que se han alejado de la estigmatización de supuesta fragilidad que pesa sobre su rango de edad.

Además, han demandado que el turismo que se les ofrece salga de lo convencional y que la inversión en ellos empiece por simplificarles la vida eliminándoles trabas de todo tipo, incluidos los trámites innecesarios y falencias varias. Todo ello, más allá de que simplemente se les acondicionen los espacios físicos.

Un tema destacado en la agenda para las personas mayores es el de acercarlas a la tecnología. La Unión Europea -la población europea mayor de 65 años aumentará casi un 40% en los próximos 30 años- fomenta soluciones inteligentes basadas en las tecnologías de la información y la comunicación. Acceder a la tecnología puede ser otro viaje interesante para la población mayor.

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