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Opinión

María Claudia Lacouture: proteger lo nuestro

María Claudia Lacouture señala la importancia de velar y conservar los diseños de los artesanos colombianos, que no sea una lucha solo de ellos, sino del país.

En su nueva edición, María Claudia Lacouture explica que hace 10 años comenzamos a ver en las calles del Caribe colombiano unos sombreros vueltiaos falsificados en China que se vendían como pan caliente a precios irrisorios. La indignación nacional se hizo sentir en todo el mundo, y aunque las autoridades responsables de las aduanas reaccionaron con contundencia, ya el daño estaba hecho, al menos para esa temporada.

Desde entonces, y en la medida en que los diseños y la belleza de las artesanías latinoamericanas han conquistado todos los continentes, se ha vuelto común encontrar sin créditos ni derechos el uso de figuras prehispánicas en bolsos, chaquetas, zapatos o cualquier otro producto de grandes marcas.

En las últimas semanas, mujeres de La Guajira y de la región de Montes de María han protestado porque sus productos gancho para atraer turistas han sido vulnerados en el campo de la propiedad intelectual. Algunos medios han mencionado a un avivato europeo que patentó el modelo de las mochilas guajiras producidas por indígenas wayuu.

Artesanías de Colombia cuenta con un Programa de Propiedad Intelectual para resguardar los derechos y la protección legal sobre las artesanías colombianas, pero es necesario ir más allá porque este no es un problema nuevo ni es fácil de detectar.

Desde hace varios años se han visto otras intrusiones en la industria artesanal colombiana provenientes de China, que ya logró quebrar la industria de la marroquinería del país. Tenemos que proteger a nuestros artesanos, que al igual que en el turismo está integrado mayoritariamente por mujeres.

La artesanía colombiana es reconocida como patrimonio cultural de la humanidad por Unesco, es una expresión de identidad y valor cultural que a través del turismo puede darse a conocer dentro y fuera del país. El turismo es una oportunidad para apoyar el desarrollo social y económico de las comunidades locales con vocación artesanal.

Según Artesanías de Colombia, las variadas ofertas artesanales que las regiones, municipios y comunidades generan en un contexto pluricultural como el colombiano pueden permitir una diversidad de productos diferenciados, con grandes oportunidades de evocar experiencias únicas.

La artesanía y el lugar que se visita se relacionan intrínsecamente en la memoria del turista, recordándole las personas, idiosincrasias y culturas con las que tuvo contacto.

El sector de artesanías vincula a más de 350 mil personas que se dedican a oficios artesanales, representando el 15% del empleo de la industria manufacturera. La población de artesanos corresponde principalmente a jefes de hogar y está integrada por un 60% de mujeres y un 40% de hombres. Por oficios, de acuerdo con Artesanías de Colombia, un 58% se dedican a la tejeduría y cestería, un 13% al trabajo en madera, un 8% a la joyería, un 7% a cerámica y alfarería, un 5% a trabajos en cuero, y un 9% restante que representa otros oficios.

La sinergia entre los sectores de turismo y artesanías es un factor importante de desarrollo que impulsa las economías locales, promueve la equidad, genera empleo, y además contribuye a difundir la historia, valores patrimoniales, conocimiento y cultura del país ante los mismos colombianos y el mundo. Las artesanías son un atractivo cultural que cada vez más logran ocupar su lugar como elemento vital de la oferta turística de las diferentes regiones del país.

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