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Opinión

María Claudia Lacouture: ¿Qué turismo queremos?

María Claudia Lacouture cuestionó la intervención del presidente Gustavo Petro en el Congreso de Anato e hizo una reflexión frente a lo que aqueja al turismo.

María Claudia Lacouture expresó que el turismo es turismo, los turistas son personas que viajan para conocer, para descansar, para compartir, para disfrutar entornos distintos al suyo y para ello necesita infraestructura adecuada, servicios eficientes y una oferta que responda a lo que demandan esos turistas. Y Colombia tiene muchas de las riquezas que espera la nueva demanda: diversidad, cultura, naturaleza, clima y un atractivo tránsito hacia una paz inconclusa que abrirá innumerables posibilidades.

Es la paz sin terminar que el presidente Gustavo Petro se comprometió a consolidar con grupos insurgentes -y eso está bien-, pero ¿qué paz puede haber con el crimen organizado del narcotráfico, con los bandoleros sin ideologías ni principios, especializados en traficar, robar y matar, que nunca dejarán la marginalidad y la ilegalidad porque no les interesa? Aunque seguramente si querrán engañar al estado para evadir la extradición y para reorganizar sus estructuras y consolidar sus zonas de influencia, que son las mismas que el proceso de paz despejó y las que el Gobierno quiere convertir en atractivos turísticos.

Esperábamos anuncios más concretos en la intervención del presidente durante el Congreso Nacional de Agencias de Viajes y Turismo (Anato), cuya temática fue 'El Desafío del Nuevo Turismo', pero más allá de generalidades no escuchamos una estrategia puntual de Gobierno. No obstante, son rescatables algunos conceptos válidos como la necesidad de reforzar la infraestructura aeroportuaria y la conectividad. Claro que suponer que muchos vuelos a Venezuela mejorarán el turismo es algo irreal en tiempos en que la mayoría de sus ciudadanos hacen lo posible para conseguir el alimento diario.

El turismo que realmente necesitamos es el que coloca la sostenibilidad por encima de cualquier capricho personal y se interesa realmente por esas virtudes de la esencia colombiana, y gran parte de esos turistas están en otras partes, en muchos países, comenzando por nuestro principal cliente actual y mayor potencial, Estados Unidos.

Y a propósito de las aerolíneas hay que descentralizar elhubde Bogotá, ampliar las opciones, evitar saturar las mismas rutas y la competencia ocasional que siempre ha sido coyuntural, analizar mejores opciones como la de Emirates, que quiere colarse para que sus escalas en Madrid puedan traer pasajeros y competir con los que han hecho la ruta durante décadas sin los subsidios descomunales de la aerolínea árabe.

Nuestro presidente insiste en llenar el sistema hotelero colombiano "de casas que se ofrezcan al turismo, de gente que viviendo en esos lugares hermosos pueda aprender a vender servicios". Habilitar casas de familia de modo arbitrario, sin estándares de calidad ni de seguridad, abrirá más puertas a la informalidad que al turismo, podrá ser contraproducente para la reputación de los destinos y pondrá a la hostelería formal en una difícil situación en momentos en que comienzan a recuperarse del cierre total ocasionado por la pandemia del Covid-19.

La industria turística ha escuchado a Petro sin despejar sus dudas. Necesita más respuestas sobre cómo combatir la informalidad y lo que recibe es el riesgo de aumentarla.

No obstante, apenas comienza el gobierno y hay que darle tiempo a ajustar sus propuestas, la realidad suele superar las buenas ideas. Es momento de definir el turismo que queremos, si el turismo barato de servicios básicos que gusta al masivo depredador, o encontrar a aquellos que valoran la riqueza natural y la cultura, pero que exigen calidad, servicio y seguridad y están dispuestos a pagar por ello.

Leer más: María Claudia Lacouture: Que la informalidad no se apodere del turismo

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