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"En Nueva York, Airbnb no paga impuestos en absoluto"

El destino icónico de Estados Unidos brega por la regulación y el ordenamiento legal de las plataformas que ofrecen alquileres temporarios. Quien preside la centenaria asociación hotelera brindó una entrevista exclusiva a este medio y relató el escenario desigual en el que trabajan los hoteles de Nueva York.

La entidad que preside data de 1878 y es la asociación hotelera más antigua de Estados Unidos. Su misión es ser la voz de la industria hotelera y colaborar para que sus miembros brinden un servicio superior. Hoy es una asociación líder que representa 300 hoteles de lujo, 80 mil habitaciones y establecimientos que emplean a 50 mil trabajadores.

Una de las principales batallas que ha librado la institución es contra las plataformas de alquileres temporarios, cuyo principal exponente es Airbnb, que tiene presencia en más de 65 mil ciudades y 191 países.

El objetivo que busca la Hanyc, junto a varias asociaciones hoteleras internacionales, es que los alquileres temporarios estén regulados, registrados e identificados; y que paguen los impuestos que correspondan en cada jurisdicción. Además, la regulación debe considerar la seguridad, dado que a esta actividad se la vincula con delitos como trata de personas, narcotráfico o lavado de dinero.

Asimismo, otro de los argumentos que esgrimen desde la asociación es que este tipo de actividad hace subir el precio medio de la vivienda de la ciudad, lo que resta capacidad a las personas de clase media y baja de acceder a una vivienda asequible.

En tal sentido, Vijay Dandapani, presidente de la Asociación de Hoteles de Nueva York (Hanyc), dialogó en exclusiva con HORECA & Negocios para ahondar en este tema y otras problemáticas en las que trabaja la asociación.

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Vijay Dandapani participar de los foros internacionales donde se debate sobre los alojamientos informales.
Vijay Dandapani participar de los foros internacionales donde se debate sobre los alojamientos informales.

LA DÉCADA PERDIDA.

–Nueva York es uno de los casos más emblemáticos en la batalla global contra los alquileres temporarios, ¿por qué cree que aún es tan difícil lograr un ordenamiento jurídico sobre este tema?

–La situación es compleja, porque hay normas o leyes que tienen una implicancia federal y otras estatal. En el Estado de Nueva York, en 2010 se prohibieron los alquileres de corto plazo –por menos de 30 días– en los casos en los que el dueño no esté en el apartamento. La razón de esta normativa es que Nueva York tiene lo que se llama la Ley de Multiple Dwelling, que indica que en los edificios de muchos apartamentos el dueño o el locatario legal tiene que estar allí si quiere efectuar un alquiler temporario. Pensaron que así se podía solucionar el tema, pero no fue así porque las compañías de alquileres temporarios no hacen cumplir ninguna ley. Además, existe una ley federal (N.d.R.: Comunnications Decency Act 230, de 1996) que protege a las plataformas online de las normas que imponga el estado local. De modo que si se realiza una actividad ilegal, como el incumplimiento de la Ley de Multiple Dwelling, la ciudad no puede hacer nada al respecto. En este escenario, llegamos a la ley de 2016. Como la ciudad se dio cuenta de que la actividad ilegal no cesaba, prohibieron la publicidad en Airbnb de alquiler temporario. Pero aun así el negocio sigue funcionando.

-Más allá del lobby que puedan hacer las asociaciones hoteleras para buscar un marco legal a esta situación, ¿buscaron entablar un diálogo con los responsables de estas plataformas?

–Sí, y la respuesta es que dicen que no es su problema, que son simplemente un pizarrón en el que cualquiera puede escribir y que no pueden responsabilizarse por lo que allí se escribe. Usan eso como un escudo, pero todos sabemos que son mucho más que un pizarrón: cuando alguien quiere alojarse en un departamento toman su dinero y recién cuando se vas le dan ese dinero –menos un 15%– al dueño. Por el mismo dinero estas plataformas ofrecen una mayor superficie para hospedarse que un hotel. Pero a diferencia de estos últimos, los edificios residenciales no tienen rociadores, accesibilidad para discapacitados, puertas ignífugas y dos vías de evacuación. Y todas estas reglas representan un gran gasto de dinero para los hoteles. Pero el cliente, siempre que no le importen estas cosas, lógicamente quiere más espacio y lo elige. Luego surgen otros problemas sociales, como violencia y la trata de personas.

–Esos problemas tienen un impacto mayor para la ciudad, ¿qué es lo que está haciendo ahora el sector público para combatirlos?

–La ciudad tienen una división de aplicación de la ley que va detrás de los dueños que manejan hoteles ilegales, pero es muy difícil abarcarlos porque hay unas 18 mil propiedades listadas en las plataformas. Se puede aprehender a algunos por aquí y por allá, pero luego vienen otros. Por otro lado, el gobierno federal notó que se utilizaban plataformas online para la trata de personas, con menores de edad involucrados en la prostitución, así que reflexionó al respecto y estableció que esa ley federal que mencioné y protege a las plataformas ya no aplicaba a backpage.com (N.d.R.: una página de foros que justamente fue cerrada en 2018 bajo la acusación de facilitar la trata). Así que nuestra asociación y otras nos estamos juntando para que se excluya a todas las plataformas de alquileres temporarios de esa ley federal. Otra iniciativa es intentar que el fiscal general demande a las plataformas por prácticas engañosas, porque en los departamentos que se alquilan no están efectivamente los anfitriones para recibirlos.

–¿Qué ocurre en términos de tributación?

–Si bien en algunas otras ciudades pagan impuestos, en Nueva York aún no sucede. Entonces la situación no es pareja en absoluto. Porque los impuestos para los inmuebles residenciales y para un hotel son muy diferentes. Por eso mi trabajo es comunicar a los políticos locales de qué manera nuestra industria genera dólares para la ciudad en impuestos. Por ejemplo, la hotelería de Nueva York generó US$ 3,1 mil millones en impuestos en el último año a lo que se suma que empleamos a 60 mil personas; mientras que Airbnb en 2017 pagó apenas US$ 500 millones de impuestos en todo Estados Unidos. Eso se suma a las inversiones mencionadas. En un hotel, si ocurre un accidente donde se empieza a prender fuego una cama, la señal del detector de humo va directamente al cuartel de bomberos y ellos vendrán en menos de cinco minutos. Pero una casa no necesita eso. Y el edificio tampoco tiene que tener dos vías de evacuación –dos escaleras además del ascensor– como los hoteles. Solo precisa una. Por eso la inversión y las responsabilidades nunca van a ser parejas. Para dar un contraejemplo, las aerolíneas low cost se volvieron populares porque por el mismo asiento se paga menos, pero esas aerolíneas cumplen las mismas reglas generales, contratan a los mismos pilotos entrenados y al mismo personal de cabina. De alguna manera armaron su modelo de bajo costo, pero todo lo demás está ahí. Las plataformas como Airbnb son populares porque están violando regulaciones a cambio de más espacio.

–¿Por qué piensa que estas plataformas son tan difíciles de controlar?

–Las plataformas tienen una ventaja ante la industria hotelera o cualquier otra industria. Las plataformas son dos o tres, mientras que las compañías hoteleras son múltiples, con distintos dueños y administraciones, y no hablan entre ellos. Así que si no trabajamos juntos, los intentos siempre quedan cortos.

LOS AFILIADOS.

–Como todas las entidades hoteleras también deben responder a otros reclamos de los empresarios, ¿en qué otros temas están trabajando ahora?

–Uno de los temas más demandados es el del cuidado del medio ambiente. Personalmente me involucré en el tema de las botellas de champú, que producen una gran cantidad de desechos plásticos. Queremos eliminarlas para desde 2021 solo tener dispensers. A los clientes les gustan porque pueden llevárselas a su casa, pero no es bueno para el medio ambiente.

–En lo que tiene que ver con la rentabilidad de los hoteles, ¿cuáles son los principales reclamos vinculados a los costos?

–La presión tributaria. La rentabilidad es realmente baja por los suministros, porque los impuestos suben y los costos laborales son altos. Estamos en contacto permanentemente con la cartera de Trabajo para ver si podemos tener una estructura mejor. De todos modos, los funcionarios públicos no conocen nuestra industria y suman más burocracia, así que siempre estamos lidiando con asuntos legales. Sabemos que también tienen que ocuparse de la industria farmacéutica, de bancos y taxis, entre otras. Están en todos lados y por eso alguien tiene que informarlos. Ese es mi trabajo, comunicarles lo que deberían hacer y tratar de que no presenten leyes negativas para nuestra industria.

BATALLAS AÑO A AÑO

  • 1996: el Communications Decency Act brinda inmunidad a los proveedores de servicios web con respecto a lo publicado por usuarios y terceros.
  • 2008: fundación de Airbnb en San Francisco (Estados Unidos).
  • 2010: el Estado de Nueva York promulgó una legislación local que no permite los alquileres inferiores a 30 días si el arrendador no está presente en el apartamento durante su estancia. De modo que los propietarios que tienen una habitación libre y la quieren alquilar pueden hacerlo, incluso por horas. En tal sentido, a partir de la entrada en vigencia de esta norma Airbnb comunicó que implementó la política “Un anfitrión, Un hogar” (en alusión a que sólo conserva en la plataforma a propietarios que reciben huéspedes en su propia casa) y que retiró de la plataforma casi 4.500 propiedades que no cumplían con esta condición.
  • 2014: la Fiscalía de Nueva York solicitó por primera vez información sobre las actividades de Airbnb (quienes alquilan y por cuánto tiempo), tras detectar que casi dos tercios de las ofertas de apartamentos o habitaciones (el 64 %) podrían ser “ilegales”.
  • 2016: el gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, firmó una ley que restringe el anuncio de alquileres de apartamentos que infringen la ley de 2010. Los propietarios que quieran alquilar su propiedad sin su presencia por menos de un mes serán multados. La primera infracción será multada con US$ 1.000, la segunda con US$ 5.000 y la tercera con US$ 7.500.
  • 2018: a fines de ese año, el juez Paul Engelmayer del Tribunal Federal del sur de Nueva York bloqueó temporalmente la aplicación de una normativa que exigía la entrega de información sobre los huéspedes, los clientes y las viviendas.
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Una de las tareas de Vijay Dandapani es comunicar los problemas de la entidad a los funcionarios locales.
Una de las tareas de Vijay Dandapani es comunicar los problemas de la entidad a los funcionarios locales.

PALABRAS EN CONTEXTO

La entrevista con Vijay Dandapani se llevó a cabo luego de la III Reunión ReformBnB, que se llevó a cabo en Buenos Aires en noviembre de 2019. Se trata de un foro internacional en el que participan representantes de 15 países: España, Francia, Estados Unidos, Japón, Canadá, Italia y Brasil, entre otros.

La primera reunión se llevó a cabo en Nueva York, en noviembre de 2018; la segunda en Barcelona, en abril de 2019; y la cuarta se desarrollará a fines de marzo de 2020 en París.

Se trata de un encuentro estratégico que convoca a los referentes de las principales entidades hoteleras del mundo con el objetivo de crear un frente común para afrontar los problemas causados por la oferta informal de los alojamientos turísticos temporarios. El eje de estos encuentros es priorizar la equidad de exigencias para el sector privado y promover el ordenamiento jurídico de la actividad.

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