-Cuarenta años no los cumple cualquiera. ¿Cuál ha sido la clave del éxito de su compañía?
Belisario Marín, presidente de Promotora Belisario Marín“Las agencias de viajes con creatividad nunca van a desaparecer”
-Fundamentalmente la confianza en mí y en los proyectos que en una u otra forma mi creatividad entusiasta diseña para complacer a la gente que hoy con satisfacción y después de 40 años nos concede su fidelidad. Hace 40 años, con la ilusión del sueño americano para realizarme, tomé la decisión de viajar a Estados Unidos, por el hueco, con algo de dinero y el croquis del viaje, pero desistí gracias a alguien que me describió otra forma diferente de subsistir lavando baños en restaurantes y actividades similares. Entonces recorriendo las calles de Cali me encontré una revista de turismo y al ojearla vi fotos espectaculares de aviones, hoteles de lujo y lugares fascinantes. En la última página de la revista leí “Coviajes, presta dinero sin cuota inicial” y dije: ‘Se me apareció la virgen con niño y todo’, y me pregunté: ¿Qué falta? Pues falta una persona como yo que quiera a la gente, que les diga a todos ‘hermano’ y les ponga cariñosamente la mano en el hombro y les diga: “camine señor, viajemos, paseemos” y fue así como se me ocurrió empezar llenando un bus y llevar a la gente de Cali a Pasto, Ipiales y las Lajas ganándome un dinero. Dieciséis años después de estar llenando muchos buses, alquilo un vuelo chárter de Continental Airlines y llevo a 300 personas a Los Ángeles, para asistir al campeonato mundial de fútbol en Estados Unidos. Con esta chispa triunfal se da el nacimiento de Promotora Belisario Marín.
-Pero cuéntenos cómo nació la empresa…
-En Cali había un sacerdote franciscano que vendía pasajes a San Andrés y lo convencí de que me regalara un tiquete; “yo con esta lengua, padre, puedo mover mucha gente”, le dije y me fui para San Andrés, dormí en unas hamacas y empecé a buscar hoteles. Encontré un hotel que se llama Morgan, averigüé cuál era el plan americano modificado, cuál era el europeo, planeé un recorrido de cinco días y lo reservé para dentro de dos meses. Luego fui donde el sacerdote, le mostré el precio, él hizo la carta para reservar 50 cupos y me dio 5.000 volantes que repartí desde las 5 am a las 21 en todos los buses urbanos de Cali y empezaba diciendo: “Soy Belisario Marín, de Caicedonia Valle, hijo de Erasmo y Gabriela. Los invito a San Andrés. Primer día, llegada. Segundo día, vuelta a la isla. Tercer día, compras. Cuarto día, Jhonny Cay y Acuario. Yo canto, cuento cuentos y los atiendo como reyes”. La mayoría de la gente rasgaba los volantes, pero dos o tres personas interesadas me preguntaban “venga, ¿cuánto vale?”. Yo me sentaba y hablaba y hablaba y hablaba hasta que los convencía y me daban hasta la dirección del fiador. Así con las uñas, conseguí las primeras 50 personas ¡Y como esa puedo contar mil historias!
-¿Cómo cuáles?
-Una vez alguien me contó que las “patas” daban plata. Al preguntarle que eran las patas me explicó que el avión viaja lleno a San Andrés, pero se tiene que devolver a Cali vacío, “esa es la pata y ese avión es suyo”. Yo lo tomé, me llevé a un grupo de un colegio a San Andrés y una vez allí con un micrófono comencé a promocionar Cali, “vayan a Cali, la ciudad más hermosa de Colombia, a menos de mitad de precio”. Así comencé a traer isleños para Cali y lo mismo a Cartagena, “vayan a Cartagena a acompañar a nuestra reina de belleza”. De vuelta me traía a todos los cartageneros que huían de las fiestas de noviembre. Debido al gran trabajo que realicé, Avianca y Meliá vieron que yo movía gente verracamente, por lo que me invitaron a París junto con 20 agencias de viajes ricas del país, a montar un plan que se llamó Euro-ganga. Recuerdo que todas las agencias ricas decían “vamos a ordenar a mis empleados que vendan… y ¿Belisario que opina? Y todo el mundo soltó la carcajada ¡Que iba yo a opinar si yo era un ‘pelao’ y nunca había ido a Europa! Pero les dije “Muchas gracias, ya pregunté cómo se hace y ya reservé 50 cupos para dentro de un mes y medio”. Y todos en coro dijeron “¿Algún colegio Belisario?” y yo respondí: “No señor, es que como yo he llevado tanta gente a San Andrés y ahora Belisario Betancur está de candidato presidencial, entonces voy a promocionarlo de esta manera: “Sí se puede, sin cuota inicial, ir a Europa con Belisario”. Y fue la bendición de Dios; ese año llevé 200 personas a Europa en cuatro grupos de 50 y la gente comenzó a respetarme. Y puedo contarle 500 cosas más; a 40 años de haber empezado soy plenamente feliz. Lo único que se de turismo en una sigla es, CLO-ADZ-CLO; de Amadeus nada sé, de Internet igual, pero movemos cientos de personas al mes.
-¿A qué proyecto está dedicado actualmente?
-Ahora estoy dedicado a traer gente a Colombia con una idea sencilla, que consiste en decirles a los colombianos que viven en el exterior, que se conviertan en los mejores promotores turísticos del país. ¿Cómo? Pues invitando a sus mamás, esposas, amantes, amigos, compañeros, etc., a que compartan la habitación en un viaje a Colombia, que el turista extranjero paga US$ 1.492 por 10 días en hoteles 5 estrellas con tiquete aéreo visitando Bogotá y alrededores, Cartagena, Cali, Eje Cafetero, mientras que el colombiano no paga. Estoy en ese compromiso que adquirí hace seis meses, estando en las Islas del Rosario, cuando me hice el propósito de hacer algo por Colombia y dejar huella. Pero no he tenido el apoyo, estoy solo. ProColombia no puede ayudarme. ¡Pero yo lo que quiero es traer extranjeros a Colombia! Hay tres o cuatro millones de colombianos en el exterior, pues busquemos llegarle al alma, que aquí los atendemos como unos “reyes” y no pagan. Fíjese usted que los domingos en Bogotá los hoteles están vacíos, en la zona cafetera están vacíos los martes, miércoles y jueves, en Cali están vacíos los fines de semana. Ahí hay una gran oportunidad de traer miles de colombianos y extranjeros.
-Usted también es reconocido en el país por su programa de televisión…
-Estando preocupado porque invertía mucha publicidad costosa en los periódicos de Cali, alguien me presentó al director de una programadora de televisión en Bogotá, y en el primer encuentro con él, le dije, soy Belisario Marín, yo de televisión no sé, pero necesito que me colabore para realizar un programa de televisión, que impacte y sea agradable. El director accedió, conseguimos un camarógrafo que también era editor, me coloqué una gorra que siempre uso en mis excursiones, y abrí el programa, así: “Hola que tal, amables televidentes, hoy vamos a hablar de México lindo y querido” y al tiempo de mi intervención se mostraban fotos de México. Luego hablaba de Jerusalén con la misma mecánica. Eso fue hace 17 años y ha sido el éxito de la agencia. En la Vitrina Turística todos quieren hablar conmigo para que les promueva sus productos y destinos.
-¿Qué ha cambiado en el turismo en estas décadas?
-Muchas cosas. Antes uno se sentaba a negociar con los gerentes de las aerolíneas para llevar 100 personas a Suramérica a ver al Deportivo Cali y dialogando se negociaba. Ahora los gerentes son decorativos, no es posible negociar con ellos porque están sometidos a una computadora, que es la que muestra los precios únicos. Otra cosa que ha cambiado es que hoy con $ 50 y un certificado de Cámara de Comercio cualquiera puede montar una agencia. Desde Anato quisimos poner alguna restricción, pero en Colombia el concepto de libre competencia lo impide, hoy se pueden meter 100 o 200 agencias de viajes en un pueblo pequeño, sin consecuencias ni restricciones.
-¿Quiénes son los clientes de su agencia?
-Realmente atendemos un mercado importante de personas mayores, que experimentan con especial agrado el trato personal y de familia que otorgamos desde un principio, en las bien promocionadas excursiones “Como en Familia” y en efecto ése es el ambiente que se crea. Generalmente mis excursiones son para personas jubiladas que tienen los recursos para viajar, y normalmente lo hacen con algún familiar. La mitad de mis pasajeros son personas mayores y la otra son jóvenes que representan un gran potencial de mercado, hacia el cual nos encaminamos con especial interés. Lo mío son los grupos de 40 o más personas de varias ciudades del país, que se captan por mi entusiasta intervención en el programa de TV. Al iniciar cada excursión con alegría, atención y satisfacción total, los participantes entablan amistad con todos, desde el primer día; ponemos música, hacemos rifas, botamos corriente, es como una familia que se forma. Nuestra actitud de servicio personalizado, con cariño y modos y maneras complacientes al viajero, nos garantiza especial ventaja competitiva sobre las demás agencias. La diferencia es significativa.
-¿Cuál es en su parecer el futuro de las agencias de viajes?
-Yo lo veo bien, sobre todo para las que tienen creatividad. Por ejemplo, hemos alquilado un avión durante cinco meses para llevar personas de Cali y Bogotá a La Macarena y Caño Cristales, como nuestro aporte al turismo en Colombia. Si me compran una excursión a Europa tienen derecho a un descuento; si me compra un viaje a Europa para cinco personas va gratis a La Macarena.
-¿Cómo ve a las agencias tradicionales frente al modelo online?
-Pueden desaparecer muchísimas agencias y ya lo han hecho; la gente ahora compra fundamentalmente por Internet. ¿Cuáles no van a desparecer? Las que tienen creatividad, ética, amor y rectitud; esas agencias se inventan la fórmula para mantenerse vigente. Por ejemplo: estamos diseñando un programa para visitar los lugares marianos, con la compañía de un sacerdote de Cali con mucho carisma y que canta a la perfección “Tú reinarás” y “Oh Rey bendito”. O sea que, ante la combinación de los lugares marianos, con Belisario y el cura que canta, no hay Internet que valga. Usted puede ver en Internet tal o cual hotel en Fátima, pero es diferente ir conmigo y que cantemos todos juntos el Ave María.
-¿Entran hoy las personas al local de una agencia de viajes a comprar sus vacaciones?
-Sí, pero muy poco. Sobre todo, la gente mayor todavía va a agencias como la nuestra; las sedes de Bogotá, Medellín y Cali se la pasan llenas. “Pandebono o buñuelo” ¿Qué le gustaría doña Alicia? Ella es nuestro mejor cliente; y con estos detalles la gente experimenta afecto, satisfacción y se siente importante. ¿En cambio en el insensible Internet quien se siente importante? Usted compra y ya. Nadie le contempla ni le dice que es agradable y especial ser humano.
-¿Qué representan las ventas presenciales para la compañía?
-Por lo menos un 70% es presencial. Nos inventamos una fórmula simple: a todo el que llama a nuestras oficinas lo invitamos a almorzar, sin compromiso en las sedes de Cali, Bogotá y Medellín siempre hay un espacio destinado para esta nueva fórmula, que junto con mi esposa y yo, los atendemos. Estos almuerzos pueden estar en promedio de 20, 30 o 40 personas que hacemos gozar. Les damos un descuento especial al que reserve ese día con mínimo de $ 100 mil. Esta es una estrategia que ninguna otra agencia ofrece, junto con la esencia cálida, amorosa y familiar de nuestra agencia.
-¿Qué desarrollos tecnológicos han incorporado?
-Ya tenemos el modelo online listo y con presencia en las redes sociales. Ahora mismo se puede comprar tiquetes o lo que sea por nuestra página web www.promotorabelsiariomarin.com y los encargados de administrar toda esta parte tecnológica son mis hijos y sobrino. Adicionalmente hemos creado seis líneas de negocio orientadas a la búsqueda de nuevos mercados y la satisfacción total de nuestros clientes como son: un CRM robusto para el conocimiento a fondo de cada uno de nuestros clientes enfocado en la prestación de un mejor servicio. Línea “Offline” soportada por nuestros agentes expertos y profesionales en turismo en cada una de nuestras sedes. Línea “Corporativo”: para atención de fondos de empleados, cooperativas empresas, etc. Línea “Excursiones”: nuestras excursiones “Como en Familia”. Línea Temático: para grupos especiales referenciados por un tema especial. Línea “Online”: desarrollo de toda la plataforma virtual. Línea “Colombia”: enfocada en planes terrestres y aéreos nacionales con el propósito de traer turistas extranjeros a Colombia.
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