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Gustavo Petro y el turismo: ¿realidad o ficción?

El discurso de Gustavo Petro sobre el turismo presenta visiones idealistas que chocan con datos y realidades del sector. ¿Son realmente viables sus propuestas o simplemente una ilusión?

El reciente discurso del presidente Gustavo Petro sobre el turismo en Colombia, pronunciado durante la Vitrina Turística Anato 2025, representa una visión ambiciosa.

En sus palabras, resaltó el crecimiento de los turistas internacionales en el país, que en 2024 alcanzaron los 6.7 millones, y presentó un plan para alcanzar los 12 millones de visitantes, una cifra que consideró posible mediante una transformación profunda de la industria.

Sin embargo, las cifras y las promesas de Petro distan mucho de reflejar la situación actual que enfrenta tanto el turismo como los demás sectores económicos del país.

En este contexto, Ladevi Colombia analiza el discurso del presidente Petro, destacando los puntos desconectados de las necesidades reales de la industria, que actualmente requiere apoyos concretos y alivios tributarios para enfrentar los desafíos que atraviesa, como las crisis diplomáticas y migratorias, las cuales están afectando gravemente su desarrollo.

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Gustavo Petro durante su discurso en la Vitrina Turística Anato 2025.

Gustavo Petro durante su discurso en la Vitrina Turística Anato 2025.

Turismo vs. hidrocarburos

Petro insiste en la necesidad de un "turismo descarbonizado", argumentando que la sostenibilidad será clave para atraer turistas internacionales en los próximos años.

Esta propuesta, aunque atractiva en teoría, es excesivamente optimista. Si bien la sostenibilidad es un objetivo loable, la realidad es que la transición hacia un turismo completamente descarbonizado es un desafío monumental para un país que aún enfrenta problemas estructurales.

No basta con hacer promesas sobre el uso de energías limpias en hoteles, restaurantes y transporte; se requiere un cambio mucho más profundo, que vaya más allá de la utopía ambiental. La industria turística colombiana necesita soluciones inmediatas y prácticas, tales como mejorar la infraestructura, capacitar adecuadamente a los trabajadores del sector, combatir la inseguridad y reducir la informalidad.

Es cierto que el turismo ha mostrado crecimiento en los últimos años, pero comparar esta expansión con la reducción de la minería y los hidrocarburos no solo simplifica la realidad, sino que también es engañoso.

Según María Claudia Lacouture, presidente ejecutiva de AmCham Colombia, los sectores de la minería y el petróleo siguen siendo pilares fundamentales de la economía colombiana. Antes de la pandemia, su contribución al PIB promediaba 43 billones de pesos, y para 2024 se estima que será de 36.5 billones.

Mientras tanto, el turismo experimentó un aumento en su aportación, pasando de 30 billones a 37.8 billones. Aunque este crecimiento es positivo, se debe enfocar en que el turismo se desarrolle por su propio potencial y no como un resultado indirecto de las dificultades de otros sectores.

La promesa de reemplazar la minería y el petróleo por turismo también pone en riesgo el desarrollo de un modelo económico equilibrado. En lugar de hacer del turismo el “nuevo petróleo”, el enfoque debería centrarse en lograr una sinergia entre sectores.

El turismo, como industria emergente, debe crecer de manera responsable, complementando a otros sectores productivos, no desplazándolos. La minería y los hidrocarburos seguirán siendo esenciales para el bienestar del país, y el turismo debe convertirse en un motor de desarrollo que aproveche los recursos nacionales de manera sostenible, sin caer en el error de tratar de reemplazar sectores mucho más consolidados.

Así mismo, el crecimiento del turismo es, en gran medida, resultado de esfuerzos previos, no de una transformación impulsada únicamente por la gestión del gobierno actual.

Las administraciones pasadas y el sector privado han jugado un papel clave en poner a Colombia en el mapa como destino turístico, un logro que Petro parece minimizar al centrarse en una narrativa de crecimiento bajo su mandato.

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La promesa de reemplazar la minería y el petróleo por turismo también pone en riesgo el desarrollo de un modelo económico equilibrado.

La promesa de reemplazar la minería y el petróleo por turismo también pone en riesgo el desarrollo de un modelo económico equilibrado.

Desajustes en la estrategia de promoción internacional

Para consolidar a Colombia como un destino turístico global, el Gobierno lanzará una campaña de promoción internacional con una inversión de $ 190 mil millones. Esta estrategia tiene como objetivo atraer turistas de Asia, Europa y el Medio Oriente, resaltando la diversidad natural y cultural del país.

"Ya empieza a haber un flujo que nos puede llevar hacia los 12 millones de turistas. Si entramos a China, a Japón, al mundo árabe y a Europa, donde no vienen muchos turistas, salvo algunos españoles, esa campaña mundial debe ser una misión público-privada", expresó el mandatario.

Promover Colombia en mercados distantes como estos, como propone Petro, representa un desafío significativo. La falta de vuelos directos, las barreras lingüísticas y las diferencias culturales son solo algunos de los obstáculos que dificultan la atracción de turistas de estas regiones.

Aunque los gobiernos anteriores y el sector privado ya habían logrado avances importantes en posicionar al país en el mapa turístico de esa parte del mundo, la campaña de Petro, aunque bien intencionada, no aborda las barreras estructurales que aún limitan la competitividad del país. Además, si la estrategia busca descentralizar el flujo de turistas provenientes de Estados Unidos, es probable que esta no sea la solución más efectiva.

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En medio de su discurso, Gustavo Petro se refiere al interés del país por atraer a más turistas de Asia.

En medio de su discurso, Gustavo Petro se refiere al interés del país por atraer a más turistas de Asia.

De hecho, hace algunos años, ProColombia y la Agencia Presidencial de Cooperación (APC-Colombia) realizaron una misión exploratoria con el objetivo de incursionar en el mercado chino y atraer turistas de ese país. En esta iniciativa participaron estudiantes de la Universidad Internacional de Negocios y Economía de Beijing, quienes, tras analizar diversos aspectos relacionados con la oferta turística de Colombia, identificaron áreas clave en las que el país debía mejorar para recibir a turistas chinos de manera efectiva.

Entre las recomendaciones que surgieron, se destacó la importancia de comprender las particularidades culturales y lingüísticas de los turistas chinos. Una de las propuestas fue que los mensajes y avisos en los hoteles deben incluir el mandarín, ya que muchos turistas no hablan inglés y la barrera del idioma puede dificultar su experiencia. Igualmente, se advirtió sobre el uso de traductores automáticos de internet, ya que estos pueden alterar el significado de las palabras, creando confusión y malentendidos.

Estas recomendaciones revelan que, aunque Colombia tiene el potencial para atraer turistas chinos, todavía hay aspectos importantes que deben ser adaptados para garantizar una experiencia cómoda y culturalmente respetuosa. A pesar de estos sencillos ajustes, la pregunta sigue siendo si el país está realmente preparado para atender a este tipo de turistas de manera efectiva.

En cuanto a los destinos emergentes que se busca promover entre los turistas chinos, aún no se ha iniciado un proceso formal para adaptar esos lugares a las expectativas y necesidades culturales de este mercado.

La infraestructura, la capacitación del personal y la adecuación de los servicios siguen siendo áreas pendientes en muchos destinos colombianos. Sin estos ajustes, la estrategia de atraer turistas chinos a destinos menos conocidos del país podría nunca lograrse.

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Colombia tiene el potencial para atraer turistas chinos y japonenes, pero todavía hay aspectos importantes que deben ser adaptados para garantizar una experiencia cómoda y culturalmente respetuosa.

Colombia tiene el potencial para atraer turistas chinos y japonenes, pero todavía hay aspectos importantes que deben ser adaptados para garantizar una experiencia cómoda y culturalmente respetuosa.

No obstante, hay que reconocer que el Gobierno Nacional ha logrado avances como la reducción de la alerta de viaje hacia Caño Cristales por Japón en 2024, consolidándolo como destino seguro. Además, en marzo de 2024, llegó el primer crucero japonés a Cartagena desde la pandemia, marcando la reactivación del turismo marítimo. En 2025, Colombia participará en la Exposición Universal de Osaka, donde 90 empresas turísticas serán capacitadas sobre el perfil del turista japonés. También se llevará a cabo una rueda de negocios con la participación de 10 empresas colombianas y 26 internacionales, buscando fortalecer el turismo receptivo.

Por último, pero no menos importante, la inseguridad, como se mencionó anteriormente, sigue siendo uno de los problemas más urgentes por resolver y continúa siendo un factor disuasivo para muchos turistas internacionales.

Aunque Petro ha expresado su intención de reforzar la seguridad en las zonas turísticas, las cifras de criminalidad y los problemas derivados de robos y violencia siguen siendo preocupantes, lo que impacta negativamente la percepción de Colombia como un destino seguro.

Además, en pos de ser realistas, la falta de una policía de turismo efectiva y la protección del patrimonio cultural siguen siendo desafíos grandes. Sin soluciones a estos problemas estructurales, cualquier campaña de promoción corre el riesgo de no ser efectiva.

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