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María Claudia Lacouture: "Operación tortuga" y articulación

El turismo doméstico apenas se está desperezando, mientras que el turismo internacional no despierta muchas ilusiones, concluye María Claudia Lacouture.

Era apenas comprensible que tras el prolongado y traumático confinamiento la reactivación del turismo sería lenta, con temores y reveces. Para la industria, que esperó mucho y se preparó bastante, las primeras semanas de la “nueva normalidad” han estado por debajo de las expectativas, aunque todos, sin excepción -por lo menos con los que he conversado-, se mantienen en una actitud positiva y conscientes de que la tragedia no ha terminado.

Estamos todos esperanzados en que el turismo doméstico, que apenas se está desperezando, comience a dar resultados, y para ello es indispensable generar certidumbre tanto a los ciudadanos como a los empresarios, más claridad y consistencia de la información sobre los protocolos, sobre lo que se puede o no se puede, con regulaciones independientes y articuladas en cada región, desligadas de las nacionales y coordinadas con toda la cadena.

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María Claudia Lacouture

María Claudia Lacouture

Sobre todo porque aún no podemos hacernos muchas ilusiones con la apertura internacional. Es un asunto que requiere más garantías y además de la anuencia de ambas partes, lo cual exige condiciones y protocolos adicionales. Hasta la semana pasada solo era posible viajar a Estados Unidos, México, Brasil, República Dominicana, Ecuador, Guatemala y Bolivia; Perú estaba entre que sí y que no, y Panamá comenzará, aunque con una incidencia muy alta de Covid-19.

La Aerocivil ha tomado acciones oportunas, necesarias, de seguridad y prevención, que afectan el flujo, como tener espacios adecuados y distancias prudentes entre los controladores aéreos y el personal operativo en la supervisión y seguridad de los vuelos, y si antes la queja era porque las autoridades aeronáuticas carecían de personal suficiente, ahora será peor, con el atenuante de que tampoco habrá recursos para reforzar esa carencia, lo que implica una acción urgente para evitar cuellos de botella por falta de personal.

Se mantiene la medida conocida como “slots sanitarios” para evitar aglomeraciones en los aeropuertos. Migración tiene una capacidad de procesar 600 personas por hora, que en la hora pico solo se permite dos vuelos por hora. Las restricciones de llegadas también aplicarán para vuelos domésticos. En total, El Dorado tiene capacidad para 74 operaciones por hora y ahora mismo tiene apenas ocho.

A partir de octubre, en los vuelos internacionales, se exigirán también pruebas PCR (siglas en inglés de “Reacción en Cadena de la Polimersa”), un tipo de pruebas de diagnóstico relacionadas con enfermedades infecciosas y que deben tener un tiempo máximo de 96 horas, aunque se rumoreaba, y ojalá sea cierto, que el Gobierno estaba considerando replantear su obligatoriedad porque supondría una mayor complejidad y desestímulo para el viajero.

Con ese requerimiento la situación puede complicarse para los pasajeros que viajan y regresan. Si un pasajero viaja por cuatro días y tiene que hacer las pruebas en el destino no alcanza el tiempo, sumado a los altos costos y a la incertidumbre de obtener los resultados en el tiempo previsto.

Y, peor, si la prueba sale positiva desencadenará en un lío en los hoteles porque tendrán que ponerle en aislamiento. Y como comentó un amigo empresario: “Esto no ayudará a la reactivación del turismo internacional: todas las esperanzas que teníamos se están viniendo abajo”.

Tener que presentar pruebas de entrada y/o de salida causa mucho estrés y produce sobrecostos, lo que ha desestimulado a los turistas, que prefieren esperar. Así no vamos a reactivarnos en mucho tiempo. Gracias a eso “las intenciones de viaje cayeron estrepitosamente”, comentó otro empresario.

Y ni se digan los viajes de negocios. El turismo corporativo (la rama más rentable del turismo, menos gente y más dinero), al parecer, será el último en normalizarse y con dudas de que vuelva a ser lo de antes si hay herramientas digitales que probaron ser eficientes para las reuniones a distancia, el trabajo remoto y para el ahorro que tanto se requiere tras la contracción.

Según McKinsey, el corporativo representa la mitad de los ingresos de las aerolíneas, tarjetas de crédito, restaurantes. Además, 97% de las empresas están migrando a modelos de trabajo en casa y videoconferencias y se proyecta que muchas empresas reducirán sus viajes a menos del 10%. Para finales de agosto casi 4.000 grandes eventos habían sido cancelados.

Necesitamos crear ideas y alianzas, como la de la aerolínea Avianca y la Federación Nacional de Comerciantes (Fenalco) con la estratégica "Lo que quieres es Colombia", con la que se busca apoyar la reactivación del turismo en el país, inicialmente con nueve destinos (Bogotá, Barranquilla, Bucaramanga, Cali, Medellín, Pereira, San Andrés, Santa Marta y Cartagena) y que contará con ofertas hasta del 60% en hoteles, restaurantes, joyerías y pasajes aéreos.

La radiografía de la situación podrá cambiar semana a semana, sin embargo la realidad está mostrando que el turismo doméstico será el gran jalonador de esta primera etapa de apertura, lo que significa que se debe buscar más creatividad, practicidad, campañas más agresivas, reducir la aplicación de restricciones y una fuerte articulación entre el Gobierno Nacional y los locales para lograr que se movilicen los colombianos.

En cuanto a los internacionales, no hay tiempo de espera, hay que trabajar en reconstruir la confianza del turista internacional a través de comunicación sobre los procesos aplicados, protocolos a la entrada viables y no bajar la guardia en mantener alianzas con otros países para darle vía libre a la conectividad internacional.

Será un asunto muy lento, pues los turistas están en “operación tortuga” por lo que es indispensable la congruencia entre las acciones del gobierno nacional y locales, un seguimiento detallado a las acciones de los principales destinos turísticos debe ser establecido para evitar arbitrariedades, restricciones que perjudican, y al tiempo mecanismos de reacción ante cualquier necesidad de salud. Y a esto sumarle una campana más agresiva que movilice al país.

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