Al sur del río Bravo y hasta el faro del Fin del Mundo todos los hoteleros sufrieron y sufren el desplome de la demanda, pero la intensidad y extensión de las cuarentenas está marcando ritmos en la capacidad de responder a la crisis.
Las diversas realidades de los hoteleros de la región
Por ejemplo, durante su participación en Expo Foro VTG el vicepresidente de Operaciones del Grupo Posadas, Enrique Calderón, dijo que gracias a las medidas adoptadas y el descongelamiento de la demanda pudieron en agosto alcanzar el punto de equilibrio en sus 180 hoteles. El ejecutivo resaltó acciones como los viajes de familiarización para demostrar al público que sí se puede viajar y que “es más peligroso ir al banco y hacer fila o ir al supermercado y no cuidarse”. De todos modos, estimó que para febrero la demanda recién estará al 30% de la de 2019.
Donde no se puede viajar, la realidad es otra. “Acá estamos muy lejos de alcanzar un punto de equilibrio y eso que redujimos la estructura todo lo posible”, señaló Roberto Amengual, presidente de la cadena Amérian y titular de la Asociación de Hoteles (AHT) de Argentina, quien cifró en 76 mil los puestos de trabajo directos que se perdieron en el sector de alojamiento.
A la hora de encontrar algunas “ventajas” que trajo la pandemia, los hoteleros de norte a sur del río Bravo coincidieron en que pudieron mejorar la competitividad de las empresas (con reducciones drásticas de costos y plantillas) y encarar con más decisión la transformación digital de cara al futuro. Por caso, Calderón dijo que los canales propios y locales de la cadena ya venden cinco veces más que antes de la pandemia.
Por su parte, Gustavo Adolfo Toro, de Cotelco (Colombia), rescató que la pandemia puso en valor la labor gremial-empresaria a la hora de encarar la búsqueda de soluciones para el sector.