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Ecoturismo en Latinoamérica: ¿reto u oportunidad para el desarrollo regional?

El ecoturismo en Latinoamérica experimenta un crecimiento acelerado, pero enfrenta el desafío de equilibrar sostenibilidad, economía y bienestar comunitario.

Latinoamérica ha emergido como uno de los destinos predilectos para el ecoturismo, un segmento en auge que combina la experiencia de viajar con la responsabilidad ambiental y social, sin embargo, este crecimiento plantea importantes desafíos, como el equilibrio entre los beneficios económicos, la conservación de los ecosistemas y el respeto a las comunidades locales.

De acuerdo con un estudio de Home to Go, el mercado global del ecoturismo podría alcanzar los US$ 945.34 mil millones para 2034, con un crecimiento anual del 14.31% a partir de 2024.

Adicionalmente, un informe de la EAE Business School señala que un 60% de los turistas estaría dispuesto a pagar más por servicios sostenibles, abriendo una ventana de oportunidad para alinear la demanda con políticas responsables.

“Su éxito depende de un enfoque integrado que considere tanto las necesidades del entorno natural como las de las comunidades locales”, afirmó Diego Santos, director del Máster Universitario en Gestión Internacional del Turismo de EAE Business School.

Ecoturismo: impacto ambiental y social

El ecoturismo ha demostrado ser un motor para la conservación de áreas protegidas y el empoderamiento de comunidades locales, al generar recursos y aumentar la conciencia ambiental. Sin embargo, su práctica sin regulación adecuada puede generar problemas, como el incremento de residuos, la presión sobre recursos naturales y la alteración de hábitats sensibles.

Según Santos, “es crucial que las políticas de ecoturismo incorporen límites de capacidad y mecanismos de monitoreo para evitar que los beneficios inmediatos comprometan la sostenibilidad a largo plazo”.

Asimismo, destacó la importancia de incluir a las comunidades en la gestión turística, asegurando que los beneficios sean equitativos y culturalmente respetuosos.

El rol de los gobiernos y los turistas

Los gobiernos tienen una tarea fundamental: implementar políticas que promuevan prácticas regenerativas, como el uso de energías renovables, la gestión eficiente de residuos y actividades restaurativas para los ecosistemas.

Estas medidas, además de mitigar el impacto ambiental, también potencian la experiencia turística al involucrar activamente a los viajeros en iniciativas como programas de reforestación o limpieza de áreas naturales.

“Los turistas también tienen una gran responsabilidad. Más allá de seguir reglas básicas como no dejar residuos, deben adoptar una mentalidad consciente que abarque todas las etapas del viaje, desde la planificación hasta el retorno”, enfatizó Santos.

Elegir proveedores turísticos comprometidos con la sostenibilidad o participar en actividades que devuelvan algo positivo al entorno son formas de transformar el turismo en una herramienta para el desarrollo.

El potencial transformador del ecoturismo

“El ecoturismo representa una oportunidad única para combinar desarrollo económico, conservación ambiental y empoderamiento social en América Latina”, concluyó el Santos.

Para que esta oportunidad se materialice, la región debe adoptar un modelo sostenible que garantice la protección de sus vastos recursos naturales y el bienestar de sus comunidades, asegurando así un futuro próspero para el sector turístico.

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