Cuando inició este 2020, las previsiones mundiales y locales indicaban que el turismo mantendría su alegre comportamiento alrededor del mundo. Poco podíamos sospechar bajo aquel optimismo generalizado que el sector se vería amenazado por un enemigo poderoso e implacable: el coronavirus.
¿Estamos a la altura de las circunstancias?
Ahora, tras varias semanas siendo testigos de los devastadores efectos de la pandemia en las economías del mundo, y particularmente en el turismo, los actores que conforman esta comienzan a desarrollar acciones para enfrentar las múltiples dificultades que se ciernen sobre todos. No obstante, este es también el momento de evaluar las oportunidades.
Es ahora donde cada uno de nosotros debe mostrar su mejor rostro y brindar una mano amiga. Es nuestra oportunidad de recordar a los clientes el valor y seguridad que representa comprar con una agencia de viajes. Señalar las garantías y beneficios que implican volar con cada aerolínea. Exaltar que un viaje en crucero no es solo diversión, sino también tranquilidad y bienestar. Demostrar que los hoteles no son solo para hospedarse, sino un lugar donde comprenden sus necesidades y deseos. Este momento en particular es nuestra gran oportunidad de demostrar por qué somos la industria de los sueños: porque somos tan humanos como ellos.
El llamado de todas las autoridades del mundo es claro: quédense en casa. Cuídense a ustedes mismos y a los demás. Sin excepciones. Frente a este llamado a actuar como comunidad, la reacción más sensata es evitar los viajes. Para hacerle frente a esta realidad ineludible, se ha promovido una campaña para impulsar aplazamientos y evitar cancelaciones, de la cual Ladevi Medios y Soluciones, como medio líder del turismo, también hace parte.
Sin embargo, en la práctica, el actuar de algunas compañías dista de la solidaridad que requiere la coyuntura actual. Muchas empresas continúan cobrando penalidades por modificaciones o cancelaciones; y, en otros casos, cobran excedentes por modificaciones de fechas que pueden superar con creces el valor inicialmente pagado. ¿Es así como pretendemos mantener la confianza de los viajeros?
Si les pedimos que modifiquen las fechas de sus viajes para evitar despidos y cierres, no es razonable ni ético subir los precios para recuperar las pérdidas de esta crisis en un corto periodo de tiempo a costa de ellos. En estos momentos es donde nuestra transparencia, solidaridad y respaldo debería ser más evidente que nunca.
Si queremos —y necesitamos— que el turismo recupere su acelerado ritmo tras la situación actual, todos debemos generar las condiciones que permitan una óptima recuperación. Generar alternativas de viajes cortos, ofrecer garantías, promover fechas en temporadas bajas, aportar a la comunidad local, fomentar nuevos destinos y mantener precios son algunas de las medidas que no deben faltar para volver a dinamizar los viajes.
Tal y como declaró Zurab Pololikashvili, secretario General de la OMT, “Quedándonos hoy en casa, podremos viajar mañana. Y viajar mañana servirá para crear empleo, celebrar la cultura y promover la amistad y el entendimiento entre todos los países”. Solo al actuar pensando como comunidad y en el bien común, estaremos a la altura de las circunstancias.
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