La industria de viajes en Estados Unidos enfrenta en 2024 una paradoja: está más fuerte que nunca, pero decepciona en el segmento receptivo de turismo internacional. Destrabar problemas puntuales de competitividad será la llave para recuperar el terreno perdido y aprovechar el deseo latente y la enorme oportunidad de ser sede de un Mundial de Fútbol y los Juegos Olímpicos.
Estados Unidos bate récords, pero con desafíos en el turismo internacional
La industria de viajes en Estados Unidos supera los récords previos a la pandemia, pero se mantiene retrasada en el turismo internacional.
Estados Unidos rompe récords
¿Cómo puede un mismo destino vivir su mejor momento y al mismo tiempo preocupar a su industria? Analicémoslo por partes, empezando por sus fortalezas.
Efectivamente, alejado el fantasma de la recesión y morigerada la inflación, en 2023 el sector de Viajes y Turismo de Estados Unidos ha aportado a la economía local más que en cualquier momento de su historia.
Según el último Estudio de Impacto Económico (EIR 2024) del Consejo Mundial de Viajes y Turismo (WTTC), la contribución al PIB de la actividad creció un 7%, superando el récord anterior en nada menos que US$ 100 mil millones. No solo eso, sino que este año prevé que el sector llegue a representar el 9% de la economía estadounidense.
De todos modos, el dato más sorprendente es que ese crecimiento va de la mano de una imparable generación de puestos de trabajo. En 2023 se crearon 656 mil empleos en la actividad, sumando una plantilla total de 18 millones de personas. O sea, el 11,2% del mercado laboral. Y las previsiones para este año son que se incorporen otros 800 mil.
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La locomotora doméstica
Durante y después de la pandemia la locomotora del despegar estadounidense ha sido el consumo doméstico, que -pese a una inflación pegajosa- no para de echar humo.
En 2023 el gasto en turismo interno se ubicó un 9,3% por encima del pico anterior a 2019. Además, aprovechando que el lobo de la recesión sigue sin aparecer, WTTC estima que este año el consumo local en viajes seguirá creciendo hasta ubicarse un 14% arriba del récord anterior.
El letargo del turismo internacional
Aunque la propia Oficina Nacional de Viajes y Turismo de Estados Unidos (NTTO por sus siglas en inglés) proyectaba a inicios del año que el turismo receptivo se recuperaría por completo recién en 2025, había mucha confianza en que un 2023 sin turbulencias acortaría los tiempos y fuera la demanda internacional -la más retrasada- la que empezaría a tirar del carro en 2024.
Si bien creció en 2023 (+31,6%) y lo sigue haciendo (en 2024 se espera un alza interanual del 22,7%), la cadencia con que lo está haciendo empieza a generar rumores. En 2023 el gasto generado por los visitantes internacionales fue más de una cuarta parte (-26,4%) inferior al de 2019. O sea, más de US$ 20 mil millones menos en ingresos. Para este año tampoco se espera que se cierre la brecha (quedaría a un -10% respecto a la prepandemia).
La diferencia de ritmos entre el avance del doméstico y el receptivo internacional queda plasmada en un dato: mientras que en 2019 el gasto de los visitantes internacionales representaba el 15% del total, hoy es apenas el 10% del consumo en viajes en Estados Unidos.
La brecha entre el deseo y la cantidad de turistas
U.S. Travel Association viene siguiendo con preocupación esa lenta recuperación del receptivo internacional, que suma una nueva paradoja: Estados Unidos sigue siendo el destino más deseado por los viajeros de todo el mundo, pero la cantidad concreta de turistas lo ha relegado al tercer puesto en visitas totales (por detrás de España y Francia).
Según datos de la entidad, Estados Unidos recibió en 2023 a casi 67 millones de visitantes, muy por debajo de los 79 millones de 2019. Es decir, solo recuperó al 84% de los turistas de la prepandemia, “lo que está muy por detrás de las tasas de reactivación de otros competidores”.
Sin ir más lejos, la cuota de mercado global del gigante del Norte para viajes de larga distancia disminuyó del 5,4% al 5,3% en apenas cuatro años.
El responsable apuntado por todos
La presidenta de WTTC, Julia Simpson, planteó que es vital que el gobierno de Estados Unidos siga buscando políticas con miras al futuro e invierta para impulsar aún más el gasto en viajes internacionales: “Centrarse en la tramitación de visados, las colas en las fronteras y la dotación de personal daría al sector un impulso vital antes de la Copa Mundial de la FIFA en 2026 y los Juego Olímpicos en 2028”.
Si bien, como veremos, la cuestión del visado es clave, U.S. Travel Association encargó un estudio a Euromonitor International para comprender mejor ese letargo y encuadrarlo en un análisis macro global. “Las autoridades estadounidenses no pueden ignorar los pasos audaces y decisivos que otros países están dando para avanzar y modernizar sus economías turísticas”, declaró Geoff Freeman, presidente de la entidad, quien añadió: “Estados Unidos debería aspirar a liderar el camino hacia una nueva era de viajes fluidos y seguros, y capitalizar las numerosas oportunidades de crecimiento de este sector crítico”.
El cielo y el infierno de la competitividad turística
Los resultados del estudio encargado por la U.S. Travel Association sorprendieron y preocuparon, a la vez, a propios y extraños en el sector: Estados Unidos ocupó el puesto 17 de los 18 principales mercados de viajes en términos de competitividad. “Décadas de inversión insuficiente y falta de coordinación por parte de los responsables políticos federales han hecho que hoy estemos rezagados”, señalaron desde la entidad.
De hecho, para el informe Estados Unidos ocupa el último lugar en cuanto a liderazgo gubernamental y solidez de su estrategia nacional de viajes. Sin embargo, pese a esa escasez de políticas federales específicas y escasos fondos destinados a aumentar las visitas, el país obtuvo una alta puntuación en la categoría de promoción, en parte, debido a la eficacia de Brand USA y la sólida financiación de emergencia proporcionada por el Congreso en 2022.
Esto último explica que sea un destino todavía muy deseado, con diversidad de productos en la mente de los viajeros y una fuerte identidad de marca.
Visas y aduanas, las piedras en el zapato de Estados Unidos
Los excesivos tiempos de espera para la entrevista de visado, que se aproximan a una media de 400 días en los principales mercados de origen, sitúan a Estados Unidos en el último lugar en la categoría de identidad, seguridad y facilitación.
Estados Unidos también ocupa una posición muy desfavorable en cuanto al número de nacionales a los que se les permite viajar sin visado, ya que concede ese privilegio a solo 42 países.
En cuanto a la capacidad de control de seguridad, Estados Unidos tiene apenas un 36% de los aeropuertos internacionales equipados con sistemas biométricos de entrada y salida, lo que evidencia una infrautilización de esta tecnología en comparación con otros destinos. Esto, sumado a las largas esperas en las aduanas -en parte, debido a la escasez de personal-, explican la mala calificación en materia de seguridad y facilitación.
El impacto económico del cuello de botella
Un análisis de Tourism Economics trató de ponerle números al impacto de las deficiencias en el sistema. Según la consultora, la ineficacia del proceso de control de seguridad podría disuadir a los viajeros estadounidenses de realizar hasta tres millones de salidas al año. Además, “el país corre el riesgo de perder 39 millones de visitantes y US$ 150 mil millones de gasto en los próximos 10 años debido al excesivo tiempo de espera de los visados”, detalló Tourism Economics.
En 2024, Estados Unidos podría ganar 2,4 millones de visitantes extranjeros más si se mejoraran los tiempos de espera de los visados y/o se ampliara el programa de exención de los mismos. En este sentido, la experiencia es elocuente: la cantidad de turistas recibidos de los cinco países añadidos al sistema de dispensa de los visados entre 2008 y 2014 experimentó un aumento del 52% durante los tres primeros años.
En definitiva, ese cúmulo de deficiencias en el ecosistema han aletargado la recuperación de Estados Unidos y son un escollo por remover. Pero el deseo por el destino está inalterado. De hecho, sigue siendo el que mayor cuota de viajeros atrae desde Latinoamérica, como destacó el informe de 2023 de Mastercard. A lo cual se le suma que Nueva York y Miami están en el top 3 de ciudades para visitar para los turistas de América Latina.
Un pasito para acelerar las visas
U.S. Travel Association emitió un comunicado el 27 de marzo pasado saludando la decisión del gobierno estadounidense de aprobar un paquete de US$ 50 millones en fondos para el Departamento de Estado, con el fin específico de aplicarlos para reducir los tiempos de espera en las entrevistas de visado para extranjeros. “Ahora el organismo debe desplegar estos recursos lo antes posible para facilitar el trámite, que hoy insume una media de 400 días en los principales mercados de origen”, señaló Emerson Barnes, vicepresidenta ejecutiva de Asuntos Públicos y Política de la entidad.
De todos modos, Barnes llamó a tomar medidas complementarias: “Instamos al Congreso a considerar otras políticas críticas como la Ley de Mejora del Procesamiento de Visados, para así modernizar el sistema, especialmente cuando Estados Unidos se prepara para una década de grandes eventos internacionales”.
Los elegidos para 2024 según Brand USA
Visit The USA destacó cinco destinos estadounidenses que deberían estar en el radar para 2024.
- Kansas City, Misuri: la Swiftmanía impulsará cifras récord en Kansas City. Pero no todo gira en torno a la cantante. Con más de 200 instalaciones acuáticas repartidas por toda el área metropolitana, es una auténtica meca del deporte, que también espera la Copa Mundial de la FIFA de 2026. Los visitantes pueden además disfrutar de la floreciente escena de barbacoas de la ciudad, que cada otoño recibe la mayor competición de barbacoas del mundo.
- Santa Fe, Nuevo México: la ciudad es a la vez mística y ecléctica. La tierra ha adquirido fama por sus cualidades curativas y es un refugio espiritual, mientras que su variado terreno ha atraído a artistas de todo el mundo. Las culturas nativa americana, española y angloamericana se mezclan formando una próspera comunidad creativa. Santa Fe alberga el Museo Georgia O'Keeffe, así como el fantástico Meow Wolf, una experiencia artística completamente inmersiva llamada "Casa del Eterno Retorno", que cuenta con más de 70 habitaciones creadas por artistas locales y de la comunidad. La ciudad también alberga ocho pueblos nativos americanos y el Mercado Indio de Santa Fe, una de las mayores y más prestigiosas exposiciones de arte nativo americano del mundo.
- Filadelfia, Pensilvania: la cuna de Estados Unidos y primera ciudad declarada Patrimonio de la Humanidad, está impregnada de historia, pero también de una vibrante escena culinaria y artística contemporánea. La Guía Verde Michelin describe a Filadelfia como "un museo al aire libre", gracias a las más de 600 esculturas y estatuas y los más de 4.400 murales exteriores.
- Pete/Clearwater, Florida: enclavada en una península bañada por el sol, entre la bahía de Tampa y el golfo de México, se encuentra St. Pete/Clearwater, un conjunto de 24 comunidades que combina a la perfección la naturaleza con un increíble panorama artístico. Los visitantes pueden visitar la incomparable colección de obras de Salvador Dalí del Museo Dalí, incluida la recién inaugurada cúpula Dalí Alive 360°, una experiencia de inmersión multisensorial que envuelve a los visitantes.
- Asheville, Carolina del Norte: localizada en las montañas Blue Ridge, Asheville se enorgullece de su historia y patrimonio apalaches. Combinando música y actividades al aire libre, cada verano el Folk Heritage Committee invita a visitantes y lugareños por igual a unirse a las celebraciones de "Shindig on the Green", un festival gratuito para apoyar la conservación de la música bluegrass tradicional, la danza y la narración de cuentos de los Montes Apalaches del Sur. Para quienes deseen conectar con la naturaleza, la ciudad cuenta con espectaculares rutas de senderismo, ciclismo, rafting y equitación, así como con la oportunidad de acercarse a la vida salvaje.
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