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¿El equipaje de mano se debe facturar o no?

La polémica está servida y no hay acuerdo sobre si el equipaje de mano puede y debe ser facturado o no.

¿El equipaje se tiene de facturar todo, o no? ¿Se puede mantener el equipaje de mano sin cobrar y solo hacerlo por lo que se despacha en bodega? La polémica tiene al menos dos dimensiones. La primera de ellas es la legal.

La segunda es aquella más relacionado con una dimensión que sin llegar a lo ético, podríamos calificar como “lo que está bien o mal”.

Por lo pronto, hablamos de un negocio que no es nada despreciable. La consultora IdeaWorks reveló que, según sus estudios, de 2022 a 2023, la facturación por equipaje entre las aerolíneas creció un 15%, alcanzando los US$ 33 mil millones.

Esto justifica, entre otras cuestiones, el lobby de las aerolíneas para lograr el respaldo legal a esta decisión de cobrar por el equipaje, por todo el equipaje. Porque hasta hace un tiempo atrás, el estándar era la facturación por el equipaje que iba a la bodega y no tenía costos para el equipaje de mano que determinadas dimensiones.

El primer cambio fue pasar a cobrar por todo el equipaje, pero incluir el equipaje de mano en determinados niveles tarifarios. Lentamente, se avanza a que no se pueda, directamente, transportar equipaje ni en bodega, ni en cabina, sin pagar.

El equipaje en el centro de la polémica

Pocos saben o comprenden, que el equipaje también se relaciona con una cuestión económica de base porque de hecho incrementa el peso total del avión en los vuelos. Eso puede determinar la necesidad de una mayor carga de combustible, y en consecuencia incrementa el costo de los vuelos. Sin embargo, históricamente, el equipaje no se cobraba. Luego comenzó a cobrarse por bultos voluminosos, o cargas especiales que demandaban un embarque más cuidadoso (instrumentos musicales, equipos deportivos, etcétera).

Hace pocas semanas, se “rindió” una de las últimas aerolíneas que se negaban a cobrar por el equipaje, por todo el equipaje: low cost estadounidense Southwest Airlines. Como lo sintetizó el USA Today: “La aerolínea comenzará a cobrar US$ 35 por la primera maleta facturada y US$ 45 por la segunda maleta facturada en muchos boletos, con tarifas suplementarias por sobrepeso y equipaje de gran tamaño”. Por si quedaran dudas de que se trata de una cuestión económica, Bob Jordan, presidente, director Ejecutivo y vicepresidente del Consejo de Administración de Southwest, detalló: “Nuestro objetivo es restablecer márgenes líderes en la industria y niveles históricos de rentabilidad para los accionistas”.

La contraofensiva

En Europa, durante la reciente reunión de los Ministros de Transporte de la UE, se propuso una reforma integral al Reglamento de Derechos de los Usuarios del Transporte Aéreo. En ese marco, se puso a discusión el cobro de tasas por el equipaje de mano y varios países se manifestaron en contra de esa idea. España, uno de ellos. De hecho, el país aplicó recientemente una multa a un conjunto de compañías aéreas, sobre todo low cost (Ryanair, Vueling, Easyjet, Norwegian Airlines, Volotea, Transavia y Wizzair), por lo que calificó como “el cobro indebido de tasas”. A esto se sumó una polémica en términos personales entre Michael O’Leary, CEO del Holding Ryanair y el ministro de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030 de España, Pablo Bustinduy.

La cruzada iniciada en la Península Ibérica, recibió de inmediato el respaldo de la BEUC (Organización Europea de Consumidores). La entidad remarcó en repetidas ocasiones que una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de la Unión Europea (TSJUE) le exigió a las aerolíneas “permitir el equipaje de mano en cabina sin cargos adicionales”. La BEUC hace alusión a un fallo y no a una ley porque la propia entidad reconoce que hay un vacío legal o una suerte de gris en el tema.

“BEUC y sus miembros observan que las diferentes políticas de equipaje de las aerolíneas generan confusión y son fuente de inquietud, especialmente en la facturación y el embarque. El Reglamento 1008/2008 exige a las aerolíneas incluir todos los impuestos y cargos que sean ‘inevitables’ y ‘previsibles’ al momento de la publicación de los precios. Sin embargo, ni el Reglamento 1008/2008 ni el Reglamento sobre los Derechos de los Pasajeros Aéreos 261/2004 proporcionan una lista de elementos ‘inevitables’ y ‘previsibles’”, dice BEUC.

En la mencionada sentencia, el TSJUE establece que el equipaje de mano “se considera esencial y por tanto ‘no puede [...] ser objeto de un suplemento de precio’, a condición de que dicho equipaje de mano cumpla requisitos razonables en cuanto a su peso y dimensiones y cumpla los requisitos de seguridad aplicables”, recuerda la BEUC. Sin embargo, “varias aerolíneas europeas cobran a los consumidores cuando llevan equipaje de mano dentro de los aviones. Estos importes pueden variar considerablemente (desde € 6 por equipaje de mano añadido durante la reserva hasta € 75 si se cobra en la puerta de embarque). Las tarifas también dependen de las políticas de las aerolíneas, las rutas, la estacionalidad de los vuelos y otros factores”.

Un estudio de BEUC revela que el 51% de los consumidores que viajaron en avión en los últimos 3 años afirmaron que un carrito de mano y un pequeño artículo debería ser el mínimo indispensable a incluir en cualquier boleto. Además, un 35% considera que se debería incluir un carrito (86% en total).

Haciendo un poco de historia

Algunas fuentes indican que todo comenzó en 2006 y fue la aerolínea regional británica FlyBe la que tiene el dudoso honor de ser la primera aerolínea del mundo en cobrar el equipaje a los pasajeros. Cobraba 2 libras por una pieza de equipaje reservada con antelación y 4 libras si el cliente no había pagado por adelantado.

Otras aerolíneas siguieron rápidamente el ejemplo, empresas aéreas de todo tipo.

En 2008, American Airlines se convirtió en la primera aerolínea estadounidense en cobrar una tarifa de US$ 15 por la primera maleta facturada en sus rutas nacionales.

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