La inmensidad y diversidad de la oferta turística de México llega a un momento en que el país se posiciona como el 8º más visitado del mundo en 2017, tras haber ocupado el escalafón 15º de esta lista en 2012. De esta manera como “Un mundo en sí mismo”, se destaca todo lo que tiene por ofrecer a los millones de turistas. Se trata de una invitación a sumergirse y asombrarse con lo que en tan solo un día se puede vivenciar, como relajarse en una de las mejores playas del mundo, pasear por mercados llenos de colores, oír gente hablando en lengua maya, visitar un cenote de agua cristalina escondido en la selva y, finalmente, degustar sabores que fusionan la vanguardia y tradición de la cocina mexicana durante la cena. En todo el viaje, los visitantes también se maravillan con las cálidas sonrisas de los mexicanos mientras disfrutan un servicio hospitalario de la más alta calidad.
México, un mundo en sí mismo
Bajo esta consigna, el país azteca busca capturar el sentimiento positivo causado por sensaciones y descubrimientos que logran los viajeros del mundo a través de la hospitalidad mexicana.
Al llegar a su puerta de entrada, la colosal Ciudad de México, es posible experimentar un destino impregnado de arte, de historia, de contrastes, de color, de sabor. Es una urbe que vive las 24 horas; los museos como el de Antropología y el de Arte contemporáneo se presentan como una oportunidad para entender parte de la idiosincrasia nacional. Coyoacán, es como estar dentro de una tarjeta postal. Allí se localizan la casa y museo de Diego Rivera y Frida Khalo. Polanco es un barrio muy comercial; o la colonia Bosques de Las Lomas. Un imperdible es ir al castillo y bosques de Chapultepec y a la zona de la Condesa para ver tiendas, caminar y entrar a sus restaurantes. Y un paseo obligado es la visita a la Basílica de Guadalupe y al Zócalo. Además, está la avenida Paseo de La Reforma, una de las más simbólicas del mundo con El Ángel de la Independencia y la Fuente de La Diana Cazadora.
Desde la metrópoli se puede ir un día a las pirámides del Sol y de la Luna en Teotihuacán, construcciones milenarias imponentes y para recargar energía. Cerca de la capital hay que pasar un fin de semana en Tepoztlán o en Valle de Bravo, para compartir la ribera de la laguna.
Un apartado que requiere de todo el detalle para disfrutar de extremo a extremo sus costas Pacífico y el Caribe. Para mencionar de forma aleatoria está el mar de Cortés, sitio predilecto para el avistamiento de ballenas entre diciembre y abril de cada año. Puerto Escondido, Ixtapa, Puerto Vallarta, Acapulco, Ciudad del Carmen, Playa del Carmen, Tulum y Chichén Itzá son apenas algunas de las joyas para el segmento de sol y playa, lujo, deportes acuáticos, entre otros.
El mundo maya continúa tan vigente y vivo, que cinco de sus Estados como son Tabasco, Chiapas, Yucatán, Quintana Roo y Campeche se unieron con la mexicana Aeromar para optimizar su red de conexiones aéreas y, aquellos pasajeros que aterricen en Ciudad de México para luego tener como destino final a Cancún, desde allí accedan a una cuponera denominada Mayan Pass que cuenta con un paquete de trayectos y una vigencia de seis meses. Con esta propuesta los viajeros pueden adentrarse en la biodiversidad, las culturas indígenas, las zonas arqueológicas, los sitios Patrimonio de la Humanidad y la gastronomía ancestral.
Vale mencionar que el país cuenta con una red admirable de Pueblos Mágicos, a la fecha son 111, entre los que se destacan Taxco, que a primera vista luce como amalgama de casas blancas atiborradas graciosamente sobre un tímido cerro y en donde destacan con altivez algunas cúpulas centenarias, como una postal detenida en el tiempo. Pero también se encuentra Puebla, poseedora de una historia como pocas, pues la ciudad conserva la belleza del Centro Histórico de su capital con 30 años como Patrimonio Mundial, designado por la Unesco, palacetes de los siglos XVII y XVIII que se entrelazan con iglesias monumentales: la Catedral o la Capilla del Rosario, con su riqueza barroca, entre tantas. En los últimos años, Puebla también ha refrendado su perfil cultural al consolidar una oferta museística con 20 recintos temáticos, en los cuáles es posible conocer prehistoria, historia y nuevas tendencias. San Miguel de Allende y Guanajuato son otras de las ciudades idóneas para este tipo de intereses urbanos y culturales.
Mazatlán es otro de los destinos que tiene un sabor puramente mexicano, porque fue un puerto importante y tuvo un gran esplendor a fines del siglo XIX donde se hicieron grandes inversiones de casonas de los más ricos californianos que iban a veranear allí. Si bien tuvo una época de decadencia, hacia los años 70 recobró su fuera y ahora tiene un magnífico centro histórico, como también un malecón que corre junto a la playa que, según los mazatlecos, es el más largo del mundo.
UN RUBRO QUE CRECE A DOBLE DÍGITO.
Para la economía mexicana, el turismo ha sido una actividad relevante; sus beneficios no solo se reflejan como un generador de empleo y desarrollo regional integral, sino que se ha convertido en un factor de difusión de atractivos culturales y naturales de nuestro país. Así lo revela el Consejo de Promoción Turística (PCTM), reiterando a su vez que en los últimos años ha procurado diversificar los mercados.
El año pasado viajaron 430 mil colombianos concentrándose principalmente en Ciudad de México y en la Riviera Maya. Entre enero y marzo de 2018 han viajado 97.500 connacionales, mostrando un incremento del 10,9% frente al mismo periodo de 2017.
Por otra parte, la conectividad entre México y Colombia es sorprendente, poniendo a disposición más de 40 vuelos y las intenciones para aumentar las frecuencias van en ascenso.
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