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Puerto Rico: cavernas subterráneas y bioluminiscencia

Las asombrosas cuevas de Camuy y las sorprendentes bahías bioluminiscentes de Puerto Rico son dos magníficas opciones para la práctica del ecoturismo.

Dentro de los atractivos de naturaleza de Puerto Rico, ideales para el ecoturismo, sobresalen dos maravillosos sitios: las cuevas de Camuy y las bahías bioluminiscentes.

Camuy: el valle de las cavernas

Camuy es una ciudad ubicada en la costa noroeste del Atlántico, en la que se encuentra el Parque Cueva Río Camuy, que es el tercer sistema de cavernas más grande del mundo.

El asombroso lugar cuenta con más de 220 cuevas subterráneas y cavernas en las que, a través de miles de años, el subterráneo río Camuy ha dado forma a estalactitas, estalagmitas y sumideros que lo caracterizan.

Asimismo, el visitante puede conocer el Paseo Marítimo de Florencio Cabán, también conocido como el Parque del Río Camuy.

Cada año, en abril, el parque es la sede oficial de la Balseada del Río Camuy, un desfile acuático único con decenas de balsas y kayaks caseros, elegantemente decorados, que flotan río abajo hasta el océano.

Es un evento que también incluye gastronomía, feria de artesanos y música en vivo.

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Discover Puerto Rico: Río Camuy Cave Park

Las bahías bioluminiscentes

Para aquellos turistas que buscan una experiencia ecológica única, tal vez, incluso, surrealista, Puerto Rico ofrece sus fantásticas bahías bioluminiscentes.

Se trata de extraños ecosistemas que ocurren cuando organismos unicelulares microscópicos, llamados dinoflagelados, crecen en cantidades lo suficientemente grandes como para producir un efecto de “brillo en la oscuridad” al ser estimulados por el movimiento.

De esta manera, ante el mínimo deslizamiento de un objeto o persona, estos organismos se iluminan con un color verde-azul neón, produciendo un espléndido efecto.

Los dinoflagelados se pueden encontrar en todo el océano, sin embargo, es muy raro que vivan en concentraciones lo suficientemente altas como para ser perceptibles.

Para poner esto en perspectiva: debe haber miles y miles de estos organismos unicelulares para hacer que un galón de agua se ilumine.

Y en ese sentido, solo hay cinco ecosistemas en el mundo donde la concentración de estos plánctones es lo suficientemente alta como para ser considerada bahía bioluminiscente, entre ellos los tres de Puerto Rico.

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Puerto Rico: las bahías bioluminiscentes figuran entre los atractivos ineludibles en una visita a la isla.

Puerto Rico: las bahías bioluminiscentes figuran entre los atractivos ineludibles en una visita a la isla.

Mosquito Bay, la bahía más brillante del mundo

Reconocida en 2006 por el Guinness World Records como “la bahía bioluminiscente más brillante del mundo”, Mosquito Bay, en la isla-municipio de Vieques, cautiva con su belleza y entorno prístino.

El brillo fascinante de la bahía se debe a la gran concentración de dinoflagelados, una cantidad que se duplicó inexplicablemente después del huracán María.

La falta de contaminación lumínica que rodea la Reserva Natural de la Bahía de Mosquitos y los manglares que alimentan el plancton hacen de este espectáculo natural una de las verdaderas maravillas de Puerto Rico.

Discover Puerto Rico: Mosquito Bay

Laguna Grande y La Parguera

De las tres bahías biológicas de Puerto Rico, la de laguna Grande, en Fajardo, es la única que técnicamente no es una bahía.

El canal estrecho y largo que conduce al deslumbrante “resplandor en la oscuridad” del agua hace de este único cuerpo de agua una laguna. Es la bahía biológica más visitada del país debido a su proximidad a San Juan.

En tanto, la bahía bioluminiscente de La Parguera, ubicada en Lajas, en el suroeste de Puerto Rico, es la única en la que las lanchas pueden entrar y salir.

Algunas de las visitas guiadas disponibles proporcionan equipos para que poder bucear.

También está la opción de dar un paseo en barco con el fondo de cristal y pasar la noche contemplando los organismos que hacen que la bahía brille.

Acceda desde aquí al sitio web de Discover Puerto Rico.

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En Puerto Rico se encuentra el Parque Cueva Río Camuy que es el tercer sistema de cavernas más grande del mundo.

En Puerto Rico se encuentra el Parque Cueva Río Camuy que es el tercer sistema de cavernas más grande del mundo.

Consejos para disfrutar de un tour en las bahías

Si bien las bahías biológicas en todo el mundo son estacionales, la bioluminiscencia en Puerto Rico se da durante todo el año, lo que no significa que no haya algunas cuestiones a tener en cuenta al planificar el viaje.

Para empezar, mientras menos luz haya mejor será la experiencia, así que para disfrutar mejor de la luminiscencia hay que tratar de evitar las noches de luna llena. Es necesario tener en cuenta que cuanto más oscura sea la noche, más se podrá observar el espléndido efecto.

A la vez, las mareas y las temperaturas del agua también afectan el brillo de las bahías. Por lo tanto, se aconseja llamar con un día o dos de antelación para confirmar que el brillo de la bahía haya estado por encima del 30% en los días previos a la visita.

La mayoría de estas aventuras ecológicas se realizan en kayaks, así que hay que usar ropa cómoda.

Para fines de conservación, no se permite nadar en la bahía y la laguna. A la vez, hay que evitar el uso de cremas de mano, repelente de insectos y cualquier otra loción que pueda dañar a los organismos. Las lanchas están estrictamente prohibidas.

Los precios pueden variar dependiendo de la Bay Tour Operator (BTO), pero van desde US$ 48 a US$ 76 por persona, con impuestos incluidos.

Operadores turísticos autorizados para realizar visitas a las bahías bioluminiscentes

El Departamento de Recursos Naturales tiene una lista de más de 13 operadores turísticos autorizados para realizar visitas guiadas a través de las bahías.

Habitualmente, BTO tiene dos viajes por día, uno alrededor de la puesta del sol y uno posterior, después de las 7.30 de la tarde. Decidirse por el primero brinda la oportunidad de ver los manglares y absorber el medio ambiente mientras se navega hacia el anochecer. En caso de elegir la segunda opción, se tiene la plena garantía de la oscuridad necesaria para ver brillar a los dinoflagelados.

Finalmente, hay que decir que las fotos no capturan el brillo tal como se lo ve, así que lo mejor es sumergirse en la experiencia y disfrutar al máximo del momento.

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