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Negocio confiable en tiempos de crisis

Es uno de los modelos comerciales más difundidos en el mundo y una de las alternativas más seguras para expandir una marca o invertir como emprendedor. El sector gastronómico representa un 40% de ese mercado y las franquicias low cost y cafés de especialidad se perfilan como las nuevas tendencias. A diciembre de 2017, 506 marcas operaban en Colombia bajo la modalidad de franquicias.

Entendido como un sistema de distribución de productos y servicios en el que una compañía exitosa, el franquiciante, transmite sus conocimientos y experiencia a un empresario independiente, el franquiciado, el franchising es el modelo comercial más establecido y confiable para crecer y expandirse.

En una de las economías más activas del mundo, como la estadounidense, una de cada siete empresas opera bajo franquicia, cubriendo 29 industrias y 226 subsectores. Según la International Franchise Association (IFA), el número de establecimientos con franquicias en Estados Unidos crecerá un 1,9% este año, en tanto que el Producto Bruto Interno (PBI) del sector aumentará un 6,1% durante 2018, por encima del PBI total del país.

Si bien el sistema de franquicias tal como lo conocemos en la actualidad se inició de la mano del fabricante de máquinas de coser Singer, en la década de 1950, esta modalidad fue adoptada por empresas como McDonald´s, Burger King y Kentucky Fried Chicken, convertidos en íconos del segmento gastronómico.

Aprobado en todo el mundo, aun en contextos económicos con signos de desaceleración y reducción del consumo, el franchising continúa su camino ascendente, según los analistas del sector.

“Las franquicias demostraron ser un sistema de bonanza y anticrisis, y un método de protección. Una persona despedida de su trabajo, que dispone de una indemnización –sobre todo personas de más de 40 años, que piensan que no pueden conseguir otro empleo con las mismas condiciones– encuentra en la franquicia un aliado especial. Además, está comprobado que cuando hay crisis, la gente va detrás de las marcas porque generan confianza”, expresó Gabriel Grasiuso, secretario general de la Federación Iberoamericana de Franquicias (FIAF).

Considerada una práctica win-win, a los franquiciantes les permite posicionar su marca, crecer con capital de terceros, generar una rápida economía de escala, lograr acuerdos con proveedores y mejores condiciones de pago, y multiplicar sus ingresos. En tanto, los franquiciados aprovechan la experiencia y el know-how de la empresa franquiciante bajo el paraguas legal de una marca reconocida por los consumidores. Otras ventajas incluyen el acceso a la estructura organizacional de la firma madre, contando con servicios de diseño, arquitectura, marketing, publicidad, atención al cliente y programas de entrenamiento. Como contraprestación de estas facilidades y conocimientos, quienes invierten en una franquicia deben contemplar costos como fee de ingreso, regalías mensuales, fondo de publicidad y acciones de marketing, stock inicial y el equipamiento del punto de venta.

 

LA INVERSIÓN.

Otras consideraciones vitales para los emprendedores están relacionadas con la viabilidad del negocio, la suma a invertir y el tiempo de recuperación. Al respecto, Carlos Canudas, titular del Estudio Canudas, aportó como dato que “el 85% de los negocios independientes que abren mueren antes del primer año de vida, contra un índice de mortandad de las franquicias del 10% al cabo de cinco años. Una franquicia no asegura el éxito, pero sí minimiza los riesgos de la operación.

Para el presidente de la Red Iberoamericana de consultores Front Consulting International, la base para emprender un establecimiento gastronómico franquiciado ronda los US$ 18 mil, dado que “se necesita un local y su armado, un fondo para la garantía, el fee de ingreso y un stock inicial. Si pensamos en una cafetería gourmet, cuesta alrededor de US$ 130 mil, y una cervecería entre US$ 125 mil y US$ 175 mil, ya que hay mucha dimensión e importantes gastos en decoración”.

Respecto al tiempo de recupero de los montos de una franquicia, las estimaciones hablan de 24 meses. Para Grasiuso este período es similar en toda Latinoamérica, ya que las inversiones varían de acuerdo al país. “En Paraguay y Bolivia la inversión puede ser mucho más baja que en México o Colombia, pero estos países tienen más habitantes, facturan más y entonces se recupera aproximadamente en el mismo tiempo. De todas maneras, toda franquicia debería hacer un estudio del mercado con los costos e impuestos locales y hacer una proyección de recuperación, que estimativamente debería rondar entre 18 y 30 meses”.

 

IMPORTACIÓN Y EXPORTACIÓN.

La franquicia es un modelo al que recurren las empresas con objetivos de expandirse más allá de su nación de origen. Argentina es el principal exportador de Latinoamérica, con 179 marcas y 1.800 bocas de venta en el exterior. “El gran tema es que vienen a golpear la puerta países vecinos, fundamentalmente. Para exportar, es requisito contar con experiencia, como haber abierto cinco o seis franquicias y que por lo menos una de ellas esté lo suficientemente lejos como para poder atender a alguien a la distancia, porque franquicia implica asistencia y apoyo. Otro aspecto es saber adaptar el negocio a los usos y costumbres del lugar adonde se ingresa, incluyendo productos locales en las cartas, entendiendo que hay léxicos totalmente distintos y horarios diferentes. Finalmente, es necesario encontrar un buen operador también”, declaró Canudas.

El secretario de la FIAF dio cuenta de la heterogeneidad de la región latinoamericana, donde Brasil, México y Argentina lideran la operatoria y cuentan con legislación propia de la actividad. “Nuestro país tiene un porcentaje muy alto de franquicias nacionales sobre las internacionales. Lo mismo sucede en Brasil (entre un 85% y un 90% de franquicias nacionales), pero con la particularidad de que pocas compañías salen al exterior porque el mercado interno es muy grande, con lo cual recién ahora están empezando a buscar otras plazas. En Uruguay, la tendencia es que son más las franquicias internacionales que las nacionales. Por su parte, Colombia venía rezagada en este sector, pero está creciendo a tasas muy importantes a partir de la creación de la Cámara Colombiana de Franquicias (Colfranquicias). Hace tres años había 200 marcas y hoy hay 500, además de que el 50% de los colombianos manifiesta ser emprendedor y quiere tener su propio negocio”.

Las principales marcas de franquicias gastronómicas globales –McDonald´s, Burger, Subway, Starbucks– están presentes; son señales de que el mercado sigue siendo interesante para todos esos players. Lo que hay que tener presente es que si una compañía internacional no tiene la decisión de desembarcar en un país, no va a hacerlo por más que un emprendedor quiera importar su marca. En la actualidad se está utilizando mucho, sobre todo en el sector de gastronomía, el plurifranquiciado o multifranquiciado. Es decir, se busca a alguien que ya tenga experiencia en el rubro y proveedores desarrollados para facilitar el ingreso. Hace un tiempo atrás se buscaba mayor exclusividad.

 

RADIOGRAFÍA COLOMBIANA.

En la última década Colombia ha sido considerada como un país atractivo para las franquicias, ocupando el 4° lugar en la región, luego de Brasil, México y Argentina.

Durante los dos últimos años la industria de franquicias en el país ha registrado con gran satisfacción la aparición de 113 nuevos conceptos de franquicias nacionales, completando un total de 294 enseñas que corresponden al 58% del total presentes en Colombia, lo cual –de acuerdo con Liz Pachón Naranjo, directora ejecutiva de Colfranquicias– es  satisfactorio, ya que las empresas colombianas ven en este modelo de negocio una forma de expandir su marca. El 42% restante corresponde a las franquicias internacionales que ven en Colombia uno de los mercados más atractivos de América Latina.

“Durante 2018 romperemos la barrera de los 50 millones de habitantes. Esto, sumado a que producimos el tercer mayor PIB de la región y nuestra estabilidad económica histórica, hacen que Colombia resalte sobre los demás”.

Las franquicias están definidas en seis grandes sectores que se ubican en el siguiente orden: gastronomía (37,15%), capacitación (5,53%), comercio especializado (14,8%), belleza y salud (9,49%), moda (16%) y servicios (17%). De estos sectores cabe resaltar el crecimiento del sector de servicios, el cual se incrementó en un 45,7% durante los dos últimos años. Sin embargo, el sector de la gastronomía sigue siendo el más representativo y el de mayor participación en la industria de franquicias, con 188 marcas a diciembre de 2017 y arrojando un crecimiento del 19% en el último año, de acuerdo con datos del directorio Colombiano de Franquicias (Fanyf) 2018.

Las ciudades más representativas en esta industria son Bogotá, Medellín, Cali y Barranquilla.

En gastronomía, Jenos pizza se ha consolidado como la marca colombiana más destacada en comidas bajo el modelo de franquicia. También Juan Valdez llama la atención al hacer presencia en varios países de la región y llevando el nombre de Colombia alrededor del mundo. En comercio, Totto es uno de los casos de éxito a nombrar en el modelo de franquicias y en servicios, RE/MAX ha revolucionado verdaderamente la industria inmobiliaria en el país.

ESPECTATIVAS LOCALES

De acuerdo con Liz Pachón Naranjo, directora ejecutiva de Colfranquicias, muchas son las expectativas del sector de las franquicias en Colombia. “Como lo revelan las cifras, la industria vienen creciendo y esperamos a finales de 2018 contar con un crecimiento mínimo del 20%. Desde Colfranquicias seguiremos en la defensa de los intereses de la industria, impulsando actividades de información, formación y contactos comerciales. También apoyaremos por medio de convenios con las Cámaras de Comercio, el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo (MinCIT) y particularmente Pro-País, a las pymes que desean crecer y expandirse a través del modelo de franquicias.

FUENTE: negocio-confiable-en-tiempos-de-crisis-

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