Hace 100 años resultaba impensable pensar en las mujeres como autónomas, independientes e iguales a los hombres. Afortunadamente, con el paso de los años, este pensamiento se ha ido transformando y ha comenzado un largo proceso que busca alcanzar una equidad de género en los espacios sociales, políticos, familiares y laborales. Aunque a paso lento, organismos internacionales, estados, asociaciones empresariales y el sector privado han empezado a repensar la necesidad de impulsar la paridad laboral de género en todos los sectores profesionales, incluyendo la hospitalidad.
Más allá de ciertos avances obtenidos por el colectivo femenino, el mercado laboral hoy en día sigue mostrando una disparidad entre géneros que posiciona en desventaja a las mujeres. Mientras ONU Mujeres plantea como objetivo lograr un planeta 50-50 para 2030, el Informe Global sobre la Brecha de Género 2018 del Foro Económico Mundial (WEF) determinó que serán necesarios entre uno y dos siglos para equiparar las condiciones laborales entre ambos géneros.
“La brecha global de género en todo el mundo se cerrará en 108 años en los 106 países cubiertos desde la primera edición del informe. Las diferencias más difíciles son las dimensiones de empoderamiento económico y político, que tardarán 202 y 107 años en cerrarse, respectivamente”, señala el documento.
María Victoria Giulietti, coordinadora regional del Programa Ganar-Ganar de la Oficina para América Latina y el Caribe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), expresó que “las mujeres ocupan cargos gerenciales, pero fundamentalmente en las denominadas gerencias `softs´, como las de Marketing, Recursos Humanos o Responsabilidad Social Empresarial. Así como se habla de un techo de cristal, que refiere a que las mujeres llegan a un tope y no pueden ascender a ser CEOs o miembros de juntas directivas, también hay paredes de cristal que reflejan la dificultad y los obstáculos que existen para moverse entre diferentes gerencias”.
Lo que hace a esta situación preocupante es que estas paredes impiden que las mujeres pasen por gerencias operativas o financieras y, al mismo tiempo, evitan que puedan llegar a CEO. “La existencia de las paredes de cristal es lo que acrecienta más el problema del techo de cristal”, aseguró Giulietti.
GANAR-GANAR.
Desde 2018, implementado por ONU Mujeres –en asociación con la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y financiado por la Unión Europea para seis países latinoamericanos (Argentina, Brasil, Chile, Uruguay, Costa Rica y Jamaica)– se creó el programa Ganar-Ganar: La igualdad de género es un buen negocio.
Dentro de este programa se elaboró un primer informe titulado: “La mujer en la gestión empresarial en Argentina”. En este estudio participaron 316 empresas, incluyendo hoteles y compañías de la industria de la hospitalidad, y “se llegó a la conclusión de que el 89% de las compañías que incluyen mujeres obtuvieron un incremento en sus resultados, tanto de productividad como de rentabilidad. Un 19% de las empresas logró un aumento superior al 20%, y un 32%, del 15% al 20%”, aseguró Giulietti. Y añadió: “Implementar medidas de igualdad de género hace que las empresas puedan acrecentar sus ganancias, e incide en una mayor creatividad e innovación. También ayuda a atraer y retener talentos, lo que en este momento es un gran desafío para las organizaciones”.
Además, expresó que la rentabilidad sobre el capital invertido es un 60% superior en las firmas que cuentan con tres o más mujeres en sus juntas directivas, en comparación con aquellas que no las incluyen.
Patricia Boo, directora de Área para América Central y del Sur de la consultora STR, opinó que “los cargos no deben darse por género y sí por merecimiento. Las empresas tienen que estar abiertas a cambios de liderazgo y a las cualidades específicas que las mujeres pueden traer a la dirección de una empresa. Creo que es fundamental que seamos nosotras mismas quienes incentivemos y preparemos a las próximas generaciones de líderes”.
LAS BRECHAS DEL SECTOR.
A diferencia de lo que sucede en el mundo laboral en general, donde la población masculina ocupada supera a la femenina, en el sector hotelero mundial las mujeres representan entre el 60% y 70% de la fuerza laboral, según datos de la OIT de 2017. No obstante, se siguen registrando desigualdades, tal como refleja el “Primer informe sobre desigualdad laboral en el sector turístico” publicado por el portal de empleo de turismo y hostelería Turijobs en febrero del año pasado.
Tomando como ejemplo puntual la actividad hotelera en Barcelona, la investigación concluye que, sobre un total de 220 hoteles de entre 3 y 5 estrellas, sólo el 30% están dirigidos por mujeres. En cuanto a la brecha salarial, indica que es “solo” del 20%, cifra positiva en relación al 30% de la media global catalana.
Según se desprende del análisis –en el que participaron 898 profesionales del sector–, el 90% de las mujeres y el 74% de los hombres consideraron que existe desigualdad laboral entre sexos, mientras que un 84% de las mujeres y el 68% de los hombres opinaron que hay desigualdad de oportunidades profesionales por razones de género.
En términos salariales, el 65% de las mujeres y el 55% de los hombres destacaron que no reciben el mismo salario que otros profesionales en su misma posición. En cuanto a las categorías laborales dentro del segmento, las más afectadas son los mandos intermedios (74%) y los perfiles ejecutivos (70%), en tanto el departamento de trabajo más perjudicado por discriminación es el de Cocina, con un 84% de profesionales, y el menos afectado es Pisos y Limpieza, con un 51%.
Por su parte, “el informe mundial sobre las mujeres en el turismo 2010”, publicado por la Organización Mundial del Turismo, concluyó que en América Latina las mujeres tienen una participación del 59% en hoteles y restaurantes, reciben el 88,3% del salario en comparación con los hombres, y solo el 36,6% de ellas ocupa puestos profesionales.
Sin embargo, dentro del sector hay opiniones divididas frente a la existencia o no de desigualdades por género. Dolores Videla Jáuregui, gerente de Negocios Corporativos de Bayton Grupo Empresario –a cargo de la división de Hotelería y Gastronomía–, manifestó que no considera que haya discriminación en lo que refiere a género. “Muchos hoteles han comenzado a incorporar hombres al departamento de Housekeeping, a pesar de que sea una posición mayoritariamente desempeñada por mujeres. Si se piensa en las recepciones, hay establecimientos que prefieren personal masculino y otros cuentan con equipos mixtos, pero considero que depende más del perfil del alojamiento que del género. En AAyBB también es indistinta la elección por sexo, y se evidencia una mayor inclusión en la gastronomía. Con respecto a la escala salarial, el personal eventual se maneja estrictamente por convenio; entonces, no hay discriminación en este sentido”.
La gerenta analizó que la hotelería y la gastronomía “son rubros que requieren una dedicación muy exclusiva, con horarios amplios, y tal vez eso puede ser un punto en contra para que las mujeres no desarrollen sus carreras profesionales. El sector es absolutamente absorbente y demandante. Como sociedad, todavía tenemos que cambiar respecto al trabajo en el hogar y cómo resuelven las mujeres el tema de sus hijos y el entorno familiar”.
Por su parte, el estudio de la empresa Castell Project sobre el rol femenino en las posiciones de poder en la hotelería de Estados Unidos, sostiene que “en todos los aspectos de la industria de la hospitalidad las probabilidades de promoción de las mujeres disminuye en cada nivel superior. Ellas ocupan el 11% de los puestos de liderazgo de las compañías hoteleras, incluyendo funciones de director gerente, presidente, socio, director y CEO. La proporción es de una mujer por cada ocho hombres”.
MUJERES Y GASTRONOMÍA.
Al hablar de la presencia femenina en las cocinas, la investigadora y consultora española en gastronomía Eva Ballarín citó la tesis “Gender barriers and facilitators face by women chefs in the gastronomy and the Haute Cuisine fields”, único trabajo sobre mujer y alta gastronomía publicado en España.
“En esta investigación la autora constata que hay una clara contradicción entre la imagen que se tiene de la cocina tradicional o en casa, que se ve como femenina, y la profesional, vista como masculina”, explicó Ballarín.
Los resultados de las investigaciones dejan un dato interesante: las jefas de Cocina en restaurantes con estrellas Michelin (datos actualizados a 2018) suponen menos del 3% en Francia, menos del 10% en España, menos del 12% en Italia y menos del 12% en Estados Unidos.
“Si unimos ambos datos, veremos que la clave está en el tipo de puesto que las mujeres ocupan en el sector y no en el número de puestos. Por volumen de trabajadores, el sector está prácticamente igualado en géneros; sin embargo, cuando hablamos de cargos de responsabilidad hay menos mujeres. La tesis de García Segovia apunta a los siguientes factores para explicar este hecho: las dificultades para la conciliación, la presencia de una cultura masculina en el modo y el entorno de trabajo, las diferencias en la presencia en medios y la imagen proyectada o la influencia masculina en los rasgos de liderazgo y éxito”, manifestó Ballarín.
Consultada sobre la brecha salarial, la conferencista reseñó que en el segmento Horeca el género femenino constituye algo más de la mitad de la fuerza laboral (53,68%), sin embargo las mujeres cobran un 25,01% de media menos que los hombres y un 45,63% menos del salario medio anual.
A pesar de estos datos estadísticos, Ballarín reflexionó que en la última década “el papel de la mujer en la cocina ha evolucionado y avanzado, lo que no significa que se haya alcanzado la plena igualdad ni la plena visibilidad”.
“En mi opinión, no hay mejor manera de reivindicar al género que trabajar por la propia visibilidad, individual y colectiva, de las mujeres. En los últimos años el colectivo femenino ha logrado un poco más de visibilidad en la Cocina y en las salas de los restaurantes. Hasta tiempos recientes, los grandes nombres de chefs han sido casi en su totalidad hombres, pero es justo reconocer que la riqueza gastronómica de nuestras tierras se ha cimentado sobre el trabajo casi anónimo de muchísimas mujeres, cuyo talento ha resultado imprescindible no sólo en la Cocina, sino también en Barra y Sala, donde contamos con grandes mujeres sommeliers, así como en los despachos, desde donde las empresarias hosteleras ponen en juego su ingenio y patrimonio para sacar adelante sus establecimientos.”
ROSSANA CHÁVEZ, gerente del Santa Catalina Hote
–¿Cómo ve al sector de la hospitalidad en términos de igualdad de género en Colombia?
–En la hotelería está muy desarrollado y en constante perfeccionamiento. Esta pujanza se refleja en una política laboral más “open mind”, siguiendo con los estándares sociales que se imponen en el mundo. Si bien en Colombia aún prevalece una cultura machista, en la industria turística se han alcanzado estándares de equidad en casi todos los terrenos. En nuestra operadora oxoHotel, las pautas salariales entre hombres y mujeres son exactamente las mismas, y las posibilidades de ascensos también, pues ocurren a partir de los talentos y virtudes demostrados por el personal. Incluso diría que, si bien hay excelentes equipos operativos y directivos masculinos, este sector es ideal para las mujeres, ya que su femineidad es un plus en los cargos directivos. Esto obedece a que la hospitalidad requiere un grado de sofisticación y refinamiento especial relacionado con la atención al detalle, una conducta proactiva y sensibilidad para captar las necesidades de los clientes. Todas estas suelen ser cualidades determinantes para lograr las propuestas de valor en el sector.
LAURA BUILES, gerente del Casa San Carlos Lodge.
–¿Cuál es su observación respecto al sector y la igualdad de género en Colombia?
–En el sector nunca he sentido discriminación dentro de las organizaciones en las que he trabajado. Sabemos que el gremio tiene brechas salariales, pero considero que la hospitalidad entiende que las mujeres tienen un sentido orientado al detalle y al servicio al cliente. Y por eso hemos podido ir escalando para poder llegar a cargos a los que antes no se llegaba. Gracias a esto, hay mayor igualdad y equidad para hombres y mujeres.
–¿Qué acciones se pueden ejecutar para seguir promoviendo la igualdad de condiciones?
–El sector debe generar espacios donde podamos conocer desde otras perspectivas a las mujeres que han llegado a puestos que antes ni nos imaginábamos, generar sinergia entre el sector hotelero para respaldarnos y crear confianza en las mujeres que comienzan sus experiencias laborales para que aspiren a esos cargos ejecutivos y se preparen para llegar a ellos.
ALEJANDRA CASTAÑEDA, gerente del The Artisan D.C.
–¿Cómo puede definir al sector de la hospitalidad en términos de igualdad de género en el país?
–Siento que la desigualad de género en el ámbito laboral es cada día más reducida. En la industria hotelera colombiana contamos con la fortuna de que se ha comprendido esta evolución social y nos encontramos cada vez más cerca de una verdadera equidad de género.
–¿Qué acciones se pueden llevar a cabo para seguir promoviendo la igualdad de condiciones?
–Abarcar el tema de una manera contundente y directa, generando espacios como éste, que nos permite seguir trabajando en la equidad de género, demostrando con ejemplos claros cómo las compañías pueden crear ambientes de igualdad y ser completamente exitosas. También considero que es de vital importancia que existan oportunidades para la captación, capacitación y preparación de nuevos talentos que nos permitan seguir consiguiendo espacios relevantes en la industria.
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