Con alrededor de 9 millones de habitantes y 1.775 km² de superficie desplegados a lo ancho de una amplia sabana en la cordillera andina oriental, catalogar a Bogotá se revela como un desafío para cualquier ciudadano desprevenido que quiera hacer justicia con la ciudad.
La octava urbe más poblada de América (y la 35º en el mundo) suscita toda suerte de percepciones y opiniones (justas e injustas) por parte de habitantes, visitantes y ciudadanos, que desde las regiones observan con recelo o expectativa todo lo que sucede a diario en el epicentro político y económico de Colombia ¿Cómo describir a Bogotá?
La capital colombiana ha sido catalogada como una ciudad caótica y fría, agobiada por un tráfico inclemente, con calles en mal estado y pillos al acecho. Una percepción común entre sus habitantes, quienes resultan ser en muchas ocasiones los más avezados críticos de la urbe.
Sin embargo, Bogotá es también la ciudad más moderna del país y una de las urbes con mejor calidad de vida en Colombia, sumergida además en un acelerado proceso de modernización que ha transformado su apariencia en los últimos 20 años.
Y es que más allá de las problemáticas urbanas propias de una metrópoli latinoamericana que ha experimentado un crecimiento histórico desordenado, cualquier persona que haya vivido en otra ciudad de Colombia sabe a la perfección que Bogotá concentra una oferta cultural abrumadora que supera por lejos a buena parte de las capitales latinoamericanas. En la capital del país se concentran las oportunidades laborales para decenas de disciplinas de conocimiento, tienen sede las mejores universidades del país, se despliegan cientos de restaurantes, bares y discotecas, decenas de centros comerciales, una excepcional red de bibliotecas y un sistema de ciclorrutas que es usado diariamente por decenas de miles de ciudadanos. Bogotá es también una ciudad verde: por encima de los edificios de los centros financieros del norte y centro, y de las barriadas del sur y el occidente, se levantan los cerros orientales y se despliegan los humedales, además de múltiples parques en sus diferentes localidades.
Punto de convergencia de personas de todo el país, diversa y multicultural, Bogotá es el reflejo de la nación colombiana y en ese sentido, un destino turístico a la altura de sus 2.600 msnm, aunque muchos colombianos, empresarios y líderes políticos aún no se apropien de esta realidad.
Bogotá, un destino que busca su norte
La principal puerta de entrada del país se debate entre una industria hotelera golpeada en su rentabilidad, una escasa promoción turística y una enorme y desarticulada oferta de atractivos culturales y naturales que no han sido valorados en su justa proporción. La Agencia de Viajes Colombia habló con los principales actores del turismo de la capital para determinar cuál es el presente y el futuro del turismo en la ciudad próxima a cumplir 479 años.
UNA PUERTA DE ENTRADA Y ALGO MÁS.
Con 31,3 millones de pasajeros en 2016, el Aeropuerto Internacional El Dorado no solo es la terminal aérea más grande del país sino su principal puerta de entrada. En el renovado aeropuerto, que nació pequeño para el inusitado crecimiento del tráfico aéreo (como reiteran constantemente las principales aerolíneas del país), se operan vuelos a 46 destinos directos en 28 países.
De acuerdo con Peter Fleming, director de Aviation Marketing, si se toma en consideración que en 2010 había 30 destinos y ahora 46, "hemos aumentado en un 50% la conectividad de El Dorado en siete años". Y agregó: "Desde 2013 al día de hoy se han abierto 14 destinos en prácticamente cuatro años", expresó el funcionario de Opain encargado de atraer nuevas aerolíneas a Bogotá.
Según estadísticas de la Aeronáutica Civil, si en 2016 los aeropuertos de Colombia recibieron un total de 11.805.497 pasajeros internacionales, el 65% de ellos ingresó por Bogotá (7.673.101). Ya en 2017, de enero a abril llegaron 1.911.563 pasajeros internacionales al aeropuerto El Dorado, lo que representó más de 140 mil pasajeros adicionales frente al mismo período de 2016.
A su vez, de acuerdo a las cifras de Migración Colombia, de enero a mayo de 2017 ingresaron al país un total de 1.226.762 extranjeros, de los cuales 555.487 lo hicieron por el Punto de Control Migratorio del Aeropuerto El Dorado, 55 mil pasajeros más que los que arribaron en el mismo período del año pasado.
Las cifras no mienten: el crecimiento de viajeros internacionales se mantiene, más allá de que en el período enero-abril de este año el incremento del tráfico internacional en El Dorado haya sido del 6,1% mientras que en el mismo período de 2016 dicho aumento fue del 9,3%. ¿Qué pasa entonces con el resto de la industria de los viajes?
¿POR QUÉ LA HOTELERÍA ESTÁ GOLPEADA?
Las vigorosas cifras del transporte aéreo contrastan con los delicados indicadores de la industria hotelera bogotana, que ha visto caer su ocupación y rentabilidad en los últimos años, una situación que se explica principalmente por el ingreso acelerado de nuevas habitaciones y la informalidad rampante.
De acuerdo con Patricia Guzmán, directora de Cotelco Bogotá, en abril de 2017 los hoteles del Capítulo registraron una ocupación del 50,75%, una disminución de casi cinco puntos porcentuales frente a abril de 2016, cuando la ocupación fue 55,40%. Asimismo, en el promedio acumulado hasta abril del año en curso la ocupación se ubicó en 53,86%, mientras que en 2016 dicho indicador fue de 55,40%. No menos importante es la tarifa promedio, que pasó de $ 264.550 en abril de 2016 a $ 251.772 en abril de este año. A su vez, la RevPar (el indicador clave del negocio hotelero) cayó casi en $ 20 mil al pasar de $ 146.559 en abril de 2016 a $ 127.776 en abril de 2017, un bajonazo que, como puede suponerse, ha sido recurrente en los últimos años.
Estos indicadores deben ser contrastados con las cifras de ingreso de habitaciones a la ciudad. Desde 2012 hasta 2016 los nuevos cuartos hoteleros ascendieron a 4.428 según cifras del gremio. "Ahora, con la finalización de la exención tributaria para la construcción y la renovación de hoteles, que nació en 2002 con la Ley 788, sin duda ha disminuido el número de construcciones hoteleras, lo que no quiere decir que se vaya a detener totalmente", expresó Guzmán en referencia a la desaceleración del crecimiento de habitaciones en la capital: si en 2014 ingresaron 1.413 habitaciones, el año pasado solo se reportaron 326 nuevos cuartos más y este año la proyección está en 38. Sin duda un alivio para el sector hotelero que a pesar del incremento desmedido de la oferta se ha negado sistemáticamente a pronunciar una palabra que parece prohibida: sobreoferta.
Para el mayor general Orlando Salazar, gerente hasta hace pocos meses de la Sociedad Hotelera Tequendama, la ley de exención de renta sí generó una sobreoferta que hoy está pasando factura; "a mi modo de ver esta ley produjo un efecto un poco perverso y es que hacinó la industria hotelera en Bogotá y eso generó el abandono de la provincia. En los Llanos, por ejemplo, no se construyó nada", afirmó el hotelero.
A esto se suma, por supuesto, la afectación que generó el aumento del IVA del 10% al 19% en unos pocos años, lo que causó una evidente contracción del consumo; y el fenómeno de la informalidad, que por cuenta de la ausencia de controles permanentes y la llegada de plataformas de intermediación digital como Airbnb, se revela como una importante causal de afectación del negocio. A propósito, Guzmán comentó que Cotelco Bogotá presentará un estudio sobre la informalidad hotelera en el marco de la agenda académica del Show Room 2017, un evento anual que tendrá lugar el 9 de agosto.
BOGOTÁ, ¿CORPORATIVA Y VACACIONAL?
Lo cierto es que al margen de los beneficios tributarios que impulsaron la oferta hotelera, nada de esto hubiera ocurrido si la capital colombiana no fuera un importante epicentro empresarial e industrial.
Para muchos Bogotá es un destino eminentemente corporativo y así lo demuestra el comportamiento de la hotelería en la ciudad, que reporta ocupaciones aceptables de lunes a jueves y una angustiante caída en fines de semana y temporadas vacacionales.
Los buenos resultados en captación de eventos por parte del Greater Bogotá Convention Bureau así lo confirman: la entidad aliada de la Cámara de Comercio reveló que en la ciudad se realizan más de 500 eventos anuales, además de los asociativos internacionales medidos por el ranking ICCA, en el que Bogotá ha oscilado entre los puestos 6, 7 y 8 en Latinoamérica.
"En términos de posicionamiento internacional yo creo que estamos en el mejor momento y este año es particularmente bueno. Empezamos con la Cumbre de Nobeles de Paz, hace unas semanas finalizó un evento de dermatólogos que trajo a más de 3.100 médicos y culminaremos el año con One Young World, el concierto de U2 y la llegada del papa Francisco. Son eventos que le dan una visibilidad muy importante a la ciudad. Eso no quiere decir que ya esté todo hecho pero vamos por muy buen camino", afirmó Sandra García, directora del Greater Bogotá Convention Bureau.
El buró, sin embargo, más allá de los viajes de incentivos para las empresas, no se encarga de vender a Bogotá como destino turístico. Esta labor corresponde a la ciudad a través del Instituto Distrital de Turismo (IDT), que desde hace poco más de dos meses es dirigido por José Duarte.
Consultado por este medio, el nuevo director destacó algunas acciones iniciales que se han implementado en este corto tiempo para impulsar el turismo de placer en la ciudad: la visita de una delegación de más 30 integrantes de United States Tour Operators Association (Ustoa), una asociación de agencias de viajes estadounidenses que mueve cerca de 8 millones de pasajeros de ese país a distintos mercados internacionales; la visita de un experto de la Organización Mundial del Turismo (OMT) para buscar la inclusión de Bogotá en la lista de las 20 ciudades más importantes para el turismo urbano en el orbe; una campaña promocional de ciudad en medios digitales en España, Perú y México durante cuatro meses (con recursos del Fontur); y la inminente entrega de obras de mejoramiento de la Plaza de Mercado de La Perseverancia y del Chorro de Quevedo.
Duarte señaló además que el IDT está ad portas de presentar una nueva política de turismo construida en conjunto con la Universidad de Los Andes y en la que participaron alrededor de 1.200 personas de distintos eslabones de la cadena del turismo en la ciudad.
El funcionario, quien asumió el cargo el viernes antes de Semana Santa, tras desempeñarse como subdirector de Promoción y Mercadeo de la misma entidad, también destacó el buen comportamiento del turismo en este período vacacional y se refirió al crecimiento de la ocupación hotelera con respecto a 2016.
Dicho aumento, sin embargo, fue apenas de un punto porcentual, al pasar de 34,79% (sábado 19 al domingo 27 de marzo de 2016) a un 35,61% (sábado 8 al domingo 16 de abril de 2017), indicadores que siguen siendo críticos para el negocio hotelero. De ahí precisamente la importancia de la creación, hace ya dos años, de una mesa de promoción de ciudad integrada por Cotelco Bogotá, el IDT y ProColombia para adelantar esfuerzos promocionales tendientes a que Bogotá sea mirada como un destino vacacional estimulando el consumo hotelero en los fines de semana y temporadas vacacionales.
Es el caso de la invitación a grupos de "influenciadores" provenientes de varios países a quienes se les dio a conocer la oferta de la capital en segmentos puntuales como la moda, el arte, la gastronomía, la Navidad, etc. El caso más reciente incluyó a una influenciadora mexicana de perfil experiencial, que además de conocer los atractivos tradicionales como Monserrate, el Museo del Oro y el Centro Histórico, tuvo la oportunidad de visitar la Hacienda Coloma en Fusagasugá para vivir una experiencia cafetera, la escuela de baristas Arte y Pasión en el centro de la ciudad e incluso jugar la tradicional "rana".
"La iniciativa ha tenido una muy buena acogida. Nuestros hoteles son perfectamente conscientes de las bondades que trae el que estas personas que son seguidas por tanta gente, den a conocer las experiencias únicas que han vivido en el destino", aseguró Guzmán.
¿CUÁL ES EL PAPEL DE LAS AGENCIAS DE VIAJES?
Si en el caso de los hoteleros la vocación turística de Bogotá parece revelarse como una oportunidad, por lo menos en el gremio que los agrupa, para las agencias de viajes el asunto parece ser más puntual dependiendo de la naturaleza de la empresa.
Mientras que para los grandes receptivos del país, afiliados a Anato, Bogotá es señalada como el primer destino, pero también es cierto que en el marco de la estrategia de viajes de familiarización nacionales que impulsó el gremio de agencias en 2016, el fam trip correspondiente a Bogotá y alrededores debió ser cancelado por la escasa inscripción de participantes. Al parecer, más allá de Monserrate, el Museo del Oro, La Candelaria y la Catedral de Sal de Zipaquirá, existe un desconocimiento de la oferta cultural y natural de la capital por parte de muchas agencias de viajes; no obstante, la capital del país fue el tercer destino nacional más vendido en Semana Santa según la encuesta de la temporada de Anato.
De acuerdo con Naudia Wiches, directora de Receptivo de Aviatur, Bogotá se enfoca como un destino cultural en donde se destacan los atractivos tradicionales anteriormente mencionados sumándose otros como la laguna de Guatavita, la mina de sal de Nemocón, la plaza de mercado de Paloquemao, los centros gastronómicos de la Zona G, Usaquén, el Parque de la 93, compras en centros comerciales y outlets, catas de café e incluso algunos parques de diversiones solicitados por algunos pasajeros suramericanos.
Para Rodrigo Maldonado, gerente de Contactos, "el perfil que viaja a Bogotá es cultural e histórico, que busca ciudades capitales con una gran variedad de restaurantes y sitios de entretenimiento. También recibimos pasajeros de viajes de incentivos y viajeros de negocios".
El receptivo afiliado a L'alianXa ofrece 55 programas por todo el país, de los cuales 19 son en Bogotá; "esto muestra la importancia que tiene el destino de Bogotá en nuestros programas", apuntó Maldonado.
En el caso Incentivamos Colombia, Bogotá es el principal destino por ser la puerta de entrada y salida de los programas. "Nosotros siempre le recomendamos a nuestros pasajeros internacionales que pasen mínimo dos noches en Bogotá, para que descansen de un viaje tan largo y visiten los atractivos de la ciudad y después continúen su viaje por Colombia. Generalmente es gente muy especializada a la que le gustan los museos y la cultura de los países que visitan", señaló Orlando Martínez, gerente de Incentivamos.
"Bogotá es por excelencia nuestro principal destino turístico, no solo por la facilidad de conectividad sino por las innumerables opciones de disfrute que tiene la ciudad, desde los museos, la rumba, las compras, los eventos de entretenimiento, la gastronomía, los paseos fuera de la urbe. Es prioritario que la gente entienda que no solamente se trata de vender los destinos de playa. Bogotá tiene infinidad de cosas para ofrecer", manifestó Fernando Chotzen, de Panamericana de Viajes, y agregó que casi el 80% de los clientes que recibe la agencia hacen circuitos y tours en la capital.
¿Qué falta? Para Chotzen es vital que tanto los guías como las agencias de viajes incorporen cuanto antes competencias en idiomas: "El futuro en este momento de Colombia en turismo receptivo en los próximos años es muy grande y nosotros somos los más optimistas", apuntó.
En eso coincide Wilches, quien asegura que los guías en francés, italiano, alemán y portugués son contadísimos: "Además, siento que la promoción de Bogotá es pobre si la comparamos con otros destinos del país. A veces uno ve la fuerza de ciudades como Medellín y se da cuenta que falta más ruido", afirmó.
Por su parte, Maldonado manifestó que Bogotá tiene muy buenos atractivos y no le falta mucho desde el punto de vista de sitios de interés: "Creo que sí falta mayor oferta de profesionales en los diferentes eslabones, como guías. Y que además exista una política del gobierno distrital dirigida al turista y los empresarios del sector para facilitar su desarrollo".
IDT, EN BÚSQUEDA DE UN DESTINO TURÍSTICO CREATIVO.
Como ha sido una costumbre en las distintas administraciones de la capital, el director (a) del IDT ha tenido que remar contra la corriente ante la escasez de recursos asignados a la entidad, y esta administración no es la excepción.
Para Duarte se trata de articular sectores y buscar recursos y sinergias con entidades como ProColombia y el Fontur, ante la cual, de hecho, hay un proyecto presentado para efectos de promoción de ciudad.
Sin embargó, más allá del escaso presupuesto que impide una promoción internacional ambiciosa, desde el IDT hoy se están articulando iniciativas bastante interesantes para adecuar productos turísticos de la ciudad. Se destacan los esfuerzos de capacitación y adecuación de plazas de mercado, un escenario cultural y gastronómico bastante atractivo para los turistas internacionales. Igualmente ocurre con las ciclorrutas y la ciclovía del domingo, en donde el propósito es generar las condiciones para poner a los extranjeros a recorrer la ciudad en bicicleta.
"Hemos hecho ya unos acercamientos con algunos hoteles para ver cómo se pueden hacer inversiones en bicicletas y ofrecerles a los turistas la oportunidad de hacer unos recorridos en la ciclovía los domingos", comentó Duarte y reveló que se trabaja en una aplicación para dispositivos móviles en donde se plantean unos recorridos en bicicleta.
Finalmente, el directivo se refirió a la política turística de la ciudad, en donde además de priorizar los segmentos de naturaleza, cultura, negocios, gastronomía y turismo urbano, se buscará un particular énfasis en la articulación del turismo a las industrias creativas: "Uno de los temas claves que yo destacaría en esos lineamientos de política pública es el planteamiento de la evolución del destino turístico de Bogotá hacia un destino de turismo creativo; una articulación con las industrias creativas, con la llamada economía naranja", apuntó Duarte.
Se trata, de acuerdo con el directivo, de innovar en el producto turístico aprovechando los grandes eventos de ciudad en cuanto a música, arte, diseño, moda, etc. "Vemos que Bogotá hoy en día tiene la riqueza cultural probablemente más grande de muchos destinos de la región. ¿Pero qué sucede? El sector turismo no está tan involucrado. Queremos que vean en estos grandes eventos de ciudad la oportunidad para generar una nueva oferta", concluyó Duarte.
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