Al norte de Adelaide, Australia, se encuentra la ciudad minera de Coober Pedy, donde parte de la población vive bajo tierra, en viejas minas rehabilitadas con el objetivo de protegerse del calor, ya que por esas latitudes el termómetro puede llegar a marcar 48°C en verano, y prácticamente no hay lluvias.
Es allí mismo donde abrió sus puertas el Desert Cave Hotel, un 4 estrellas de 19 habitaciones –subterráneas, por supuesto– que garantizan un descanso absoluto. O al menos silencioso. El establecimiento también dispone de cafetería, bar, tiendas y sala de juegos.
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