La reciente declaración de la canciller Laura Sarabia sobre la eliminación de la visa para ciudadanos chinos ha generado diversas opiniones. Presentada como una estrategia para fomentar el turismo, el comercio y la inversión, la medida plantea su posible extensión a otros países de Asia y África, aunque aún existen más dudas que certezas sobre sus implicaciones.
Colombia eliminaría la visa a países como Afganistán, Siria y Corea del Norte: ¿gesto diplomático o amenaza?
Colombia evalúa eliminar la visa para China y otros países de Asia y África, pero la medida genera dudas debido a la falta de conectividad e inversión.
Estos son los países a los que se les eximiría del requisito de visa para ingresar a Colombia.
Baja inversión y entradas mínimas de turistas
Al analizar los países que podrían beneficiarse de esta exención, como Afganistán, Angola, Corea del Norte, Haití y la República Democrática del Congo, el panorama cambia drásticamente. Todos estos países registran un flujo turístico hacia Colombia muy bajo, o incluso inexistente.
En 2024, por ejemplo, Afganistán reportó entre una y cuatro entradas mensuales, mientras que de Corea del Norte no se registró ningún ingreso. En el caso de la República Democrática del Congo, el pico máximo de visitas se alcanzó en octubre con apenas 106 turistas.
Según los datos de Migración Colombia, estos países sumaron en total 1.918 ingresos el año pasado, siendo octubre el mes de mayor movimiento, con 444 personas viajando por turismo y 127 específicamente para asistir a la COP16. En lo que va de 2025, las cifras siguen siendo bajas: apenas 401 ingresos, de los cuales solo 109 fueron turistas.
Con estos números, resulta difícil justificar la eliminación del requisito de visa como una estrategia efectiva para impulsar el turismo o atraer inversión extranjera. La baja afluencia de visitantes plantea dudas sobre si el verdadero objetivo de la medida es otro. Esta diferencia se vuelve aún más clara al comparar con los principales mercados emisores de turistas hacia Colombia: solo en enero de 2025, el país recibió 444.493 viajeros internacionales, siendo Estados Unidos el origen más frecuente con 94.569 visitantes, seguido por Costa Rica (24.600), México (23.856) y Perú (23.359). De esos, 155.589 llegaron por motivos turísticos y 5.652 por negocios, según los Flujos Migratorios de Extranjeros.
Aunque la medida de abrir puertas a ciertos países puede interpretarse como un gesto positivo en términos de relaciones exteriores, su impacto real en el ámbito migratorio y turístico es, por el momento, limitado. Sin una infraestructura adecuada, conectividad, promoción efectiva y acuerdos comerciales sólidos, la eliminación del requisito de visa se percibe más como una declaración simbólica que como una medida con un impacto tangible.
Otros países con exención de visa: ¿cuál es el futuro de esta política?
Además de Afganistán, Angola, Corea del Norte, Haití y la República Democrática del Congo, el gobierno de Colombia también ha considerado eliminar el requisito de visa para ciudadanos de otros países como Bangladesh, Chad, Cuba, Gabón, Irán, Irak, Kenia, Lesoto, Libia, Mozambique, Nicaragua, Ruanda, Siria y Sudán.
Lo curioso es que, aunque estos países varían geográfica y culturalmente, comparten varios factores comunes. Muchos han sido escenarios de conflictos armados o períodos de inestabilidad política, afectando gravemente su desarrollo. Por ejemplo, Afganistán, Irak, Libia, Siria y Sudán enfrentan situaciones de violencia extrema que destruyen infraestructuras y generan crisis sociales y políticas que dificultan su estabilidad.
También comparten la presencia de gobiernos autoritarios o no democráticos, como en Corea del Norte, Cuba e Irán, donde las libertades civiles están restringidas. Esto, junto con bajos índices de desarrollo humano (IDH), refleja profundas carencias en educación, salud y calidad de vida, factores que perpetúan la pobreza extrema.
Adicionalmente, varios de estos países enfrentan sanciones internacionales y aislamiento económico, como Irán, Siria y Corea del Norte, agravando aún más su situación. Por último, muchos atraviesan crisis humanitarias por las razones mencionadas anteriormente, generando desplazamientos masivos y una creciente crisis de refugiados, como Siria y la República Democrática del Congo.
En este contexto, la eliminación de la visa por parte de Colombia a estos países genera efectos negativos, a pesar de los posibles enfoques humanitarios o estratégicos. En primer lugar, la ausencia de control sobre la entrada de ciudadanos provenientes de naciones con inestabilidad política y conflictos incrementa las amenazas a la seguridad nacional. Esto se debe a que personas con vínculos con grupos extremistas o involucradas en actividades ilícitas ingresan sin una verificación adecuada.
Además, esta medida tensa las relaciones diplomáticas con países que ya enfrentan crisis migratorias, generando un aumento de personas en situación irregular y ejerciendo presión sobre los sistemas sociales y laborales en Colombia. Asimismo, dificulta la cooperación internacional en áreas clave como derechos humanos y gestión de flujos de población.
Finalmente, deterioraría las relaciones de Colombia con países que se oponen a los regímenes de esas naciones, perjudicando alianzas políticas y económicas cruciales, especialmente con países occidentales y organismos internacionales.