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TENDENCIAS EN LOS VIAJES DE INCENTIVO. Propuestas siempre concebidas para sorprender

Si bien forman parte de las agendas anuales de las empresas, los viajes de incentivo –ya sean de corte clásico o innovador– van adquiriendo diferentes modalidades debido al empeño de las compañías en ser creativas a la hora de fortalecer las relaciones entre sus empleados o consolidar la fidelización de sus clientes.

Como es costumbre desde hace unos años, las empresas continúan realizando viajes de incentivo con el objetivo de motivar y premiar a su personal o a sus clientes.

La iniciativa, que también busca fomentar los valores de la compañía y potenciar las relaciones entre los profesionales –que a veces pertenecen a diferentes áreas laborales, y por ende no tienen demasiado contacto cotidiano–, generalmente combina actividades de ocio con otras relacionadas con el negocio.

En ese contexto, en el último tiempo se han sumado a ello acciones vinculadas con la responsabilidad social corporativa, tendencia cada vez más utilizada y tenida en cuenta, ya que producen un impacto positivo en la comunidad local del destino donde se desarrolla el incentivo e impacta emocionalmente también en los asistentes.

Consultado por AV Latam sobre si en la actualidad las empresas indefectiblemente reservan una fecha para esta actividad, Alejandro Verzoub –presidente de AV Business & Communication, una empresa especializada en Full Service Incentive & Marketing Company; además de haber sido el primer y único profesional latino en ser presidente del SITE (Society for Incentive Travel Excellence), la organización internacional que nuclea a los ejecutivos especializados en las disciplinas vinculadas a programas de incentivos, de la que sigue siendo miembro– sostuvo: “Hay compañías que ya tienen estructurado un programa de incentivos para sus clientes internos, distribuidores o mayoristas que, generalmente, se programa para marzo o abril para poder tener tiempo de confeccionar el listado de los ganadores, comunicarse con los mismos y poder reemplazar a aquellos que, por alguna razón, no puedan viajar en la fecha prefijada. En otros casos, cuando la decisión de lanzar un programa de incentivo es táctica, las fechas de los viajes se adecuan a los momentos del año en que conviene viajar porque las tarifas aéreas son más convenientes, para poder coincidir con eventos deportivos de relevancia o simplemente cuando no haya en el calendario laboral fechas complejas que se superpongan con el viaje”.

En cuanto a las modalidades, el directivo detalló: “Siempre existió el viaje grupal –10 personas o más– a destinos nacionales, regionales o internacionales. Algunas empresas, por razones logísticas, no quieren o no pueden permitir que los ganadores viajen al mismo tiempo y promueven viajes de incentivos individuales; esto es el ganador y un acompañante. Pero, la realidad indica que la amortización de actividades originales y a medida sólo se puede justificar cuando se tiene a un grupo viajando al mismo tiempo, posibilitando compartir momentos y actividades con colegas o clientes que tienen un marcado impacto emocional”.

 

LA IMPORTANCIA DE LA INNOVACIÓN.

Con respecto a las tendencias en este tipo de viajes, Verzoub afirmó que “no se pude hablar puntualmente de tendencias. Lo que sucede es que hay compañías que vienen estimulando a sus fuerzas comerciales o a sus distribuidores desde hace varios años con continuidad, y allí radica el desafío de innovar con nuevas formas de comunicación o requisitos durante el período clasificatorio del programa. También se trata de priorizar que los participantes del programa, durante la clasificación, puedan recibir información directa sobre cómo están posicionados. En ese marco, las compañías, que tienen claro que esta etapa es crucial para optimizar el resultado financiero de la acción, se apoyan en empresas especializadas que tienen la experiencia y la tecnología para poder ayudar en la gestión.

En lo que respecta al viaje propiamente dicho, si la empresa viene realizándolo desde hace varios años, el objetivo es encontrar destinos no tan populares, que sean atractivos para los participantes, obviamente con un manejo adecuado del presupuesto. Muchas veces un costo aéreo razonable ayuda a considerar ciertos destinos, y en otras oportunidades la cantidad de escalas para llegar a equis ciudad o enclave turístico es la principal razón para descartarlo.

En este punto, el profesional amplió: “Las compañías quieren impactar y que su viaje con clientes o empleados siempre sea recordado como una experiencia única y rica. Por tal motivo, aquellos viajes de incentivo ligados a eventos deportivos como la Copa América, o el Mundial de Fútbol son alternativas muy válidas. Pero, a la vez, considero pertinente no depender de estos eventos como principal eje de un viaje, ya que en general la demanda es muy alta y los precios siempre son superiores a lo normal, lo que hace que se consuma gran parte del presupuesto y no reste lo suficiente para poder desarrollar otras actividades originales”.

En ese sentido, vale agregar que otra interesante tendencia, muy utilizada, es combinar los viajes de incentivo que originariamente son sólo de premiación con actividades educativas o formativas que puedan ser aspiracionales. Por ejemplo, a un viaje a California sumarle visitas a empresas líderes de Sillicon Valley –Google, Tesla, Linkedin– que permiten conocer fábricas robotizadas y últimas tecnologías.

 

EL PERFIL DEL INVITADO.

En el campo de los viajes de incentivo, algunas empresas apuntan a modalidades clásicas o viajes tradicionales, y otras buscan innovar apuntando a nuevas propuestas. En este aspecto, Verzoub –quien también acredita en su currículum haber presidido el capítulo de SITE South America en el período 2011-2016– afirma que “toda actividad que implique mover a un pasajero fuera del hotel tiene un riesgo físico, por lo tanto las compañías que quieren innovar ofreciendo actividades diferentes siempre tienen que tener en cuenta el perfil del grupo, las aptitudes físicas de sus miembros –porque no todos estarán capacitados para realizar cualquier tipo de actividad, menos si éstas son de una considerable exigencia física– y hasta algunos aspectos culturales –timidez, pudor– que pueden impedir el correcto desarrollo de la iniciativa. Por eso hay que tener mucho tacto al incluir innovaciones como comidas exóticas, clases de surf o jornadas de tirolesa, por citar algunos pocos ejemplos. Se corre el riesgo de que no todos los asistentes se animen o quieran, lo que llevaría al grupo a dividirse. En esos casos lo ideal es ofrecer una opción ‘fuerte’ o ‘intensa’ y otra más light, de modo tal que todos puedan desarrollar una actividad sin que nadie se sienta discriminado. Todos estos temas son delicados, muy sutiles, y requieren de mucha paciencia. Para trabajar en este rubro es fundamental ser flexible y gustar del trato directo con la gente, a la vez de estar siempre bien predispuesto a los cambios, ya que puede darse que, por distintos y múltiples factores –clima, tráfico– algo planificado con muchísimo tiempo deba sufrir modificaciones o directamente suspenderse y ser reemplazado por otra alternativa”.

De acuerdo a los expertos, la creatividad puesta por parte de las empresas para este tipo de viajes es cada vez mayor, aunque los factores mencionados –edad, perfiles, gustos, aptitud física– muchas veces hacen que se vaya a las alternativas más tradicionales.

En ese marco, una de las tendencias de los últimos años fueron los cruceros. Al respecto, Verzoub sostuvo: “En ese caso, lo ideal es que sea un crucero fluvial, por los ríos europeos, ya que se trata de una experiencia más exclusiva y, al tratarse de barcos chicos, la compañía, si está invitando a 100 empleados, tiene la posibilidad de ‘llenarlo’ y no compartir la vivencia con desconocidos. Es decir, es una experiencia muy diferente a cuando se lleva a un grupo de 100 en un crucero con capacidad para 2.500 pasajeros”.

Con referencia a si se continúan buscando nuevos formatos y escenarios que sorprendan a los profesionales, el destacado profesional sostuvo: “Siempre surgen nuevos destinos y nuevas aerolíneas, o se suman conexiones, que amplían las posibilidades. En este punto, es fundamental entender que en los viajes de incentivo los vuelos directos son primordiales y en algunos casos definitorios para que un cliente se incline entre un destino u otro”.

En definitiva, los viajes de incentivo ya forman parte de la agenda anual de las empresas, que a través de ellos logran la empatía entre parte de sus empleados y/o la fidelización de sus clientes, según el caso. Por tal motivo, para alcanzar ambos logros, apuntan a ser cada vez más creativos e innovadores para que el viaje, además, quede marcado en los asistentes como una experiencia de alta importancia profesional y, también, humana.

FUENTE: tendencias-en-los-viajes-de-incentivopropuestas-siempre-concebidas-para-sorprender

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