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Turismo y elecciones: más dudas que certezas

Sin propuestas claras y estructuradas para el sector turismo, los dos candidatos presidenciales avanzan en la contienda final por la Casa de Nariño. Mientras Petro propone salir paulatinamente de la dependencia del petróleo, pero carece de una política turística que contribuya a ese propósito, la propuesta de Iván Duque por convertir al turismo en “el nuevo petróleo” choca con su resistencia a la creación de un Ministerio de Turismo.

Ideas, nociones, opiniones, más que propuestas claras y una política sectorial estructurada, han sido el común denominador en esta campaña electoral en lo que al sector turismo se refiere. Poco se ha dicho sobre la industria turística en los múltiples debates y largas entrevistas protagonizadas por los cinco candidatos presidenciales, hoy reducidos a dos; una ligereza a todas luces cuando uno de los puntos centrales de la discusión ha sido el propio modelo económico del país anclado la minería y a la alicaída industria petrolera; precisamente un vacío en donde el turismo puede jugar, como se ha repetido en diversas ocasiones, un papel fundamental.

La realidad es que, aparte del hoy excandidato Germán Vargas Lleras, ninguno de los demás aspirantes, ni los dos actuales en contienda, cuentan hoy con un documento de política pública para el turismo como el que presentó el exministro y vicepresidente en Cartagena a finales del año pasado.

La situación, sin embargo, ha comenzado a cambiar. El primer episodio tuvo lugar en marzo durante la Asamblea de Cotelco en Neiva, en donde Iván Duque, Germán Vargas y Humberto de La Calle midieron fuerzas y dejaron entrever algunas posturas. En aquella ocasión el candidato de la Colombia Humana no asistió al encuentro porque se encontraba definiendo su fórmula vicepresidencial. En realidad, además de un breve párrafo que puede leerse rápidamente en su plan de gobierno y algunas menciones esporádicas de la palabra “turismo” durante sus discursos de plaza pública, poco o nada ha abordado el exalcalde de Bogotá al sector económico que hoy representa del 4% al 5% del PIB nacional.

En el caso del candidato del Centro Democrático, la situación no era muy distinta hasta la semana pasada. En ninguna de sus 162 propuestas expuestas en la página web oficial de la campaña figura siquiera la palabra turismo; sin embargo, el exsenador tuvo la buena fortuna de cumplirle la cita a Anato en su Asamblea celebrada el 29 de mayo. Allí, recibido casi como un ‘rock star’ por buena parte del auditorio de profesionales del turismo, Duque se desatrasó con el sector y presentó una simpática metodología calcada de un tema que sí maneja a la perfección, la economía naranja. Se trata de las “siete íes” o siete ideas básicas que pretenden abarcar la totalidad de una industria, en este caso la turística, que el candidato ha dado bien en llamar como un ecosistema. Invitado también al encuentro, no fue sorpresiva la inasistencia de Gustavo Petro, quien durante su alcaldía ni en esta campaña se acercó al sector privado del turismo, pero sí respondió a este medio unos puntos clave.

 

¿NUEVO PETRÓLEO SIN MINISTERIO?

Una vez más, como lo dejó claro en Neiva, Duque mostró no ser amigo de la creación de un Ministerio de Turismo, un viejo anhelo del sector que empezó a cobrar fuerza a finales del año pasado. Aunque el candidato afirmó que el turismo nunca se ha puesto realmente “en el corazón de la agenda de desarrollo”, señaló la necesidad de llevarlo al 8% del PIB nacional y de llegar rápidamente a seis millones de turistas internacionales, “no visitantes”, e incluso manifestó su deseo de que el turismo “sea el nuevo petróleo” del país, la dimensión de esos retos parece chocar con una política que no contempla la creación de ninguna estructura estatal adicional sino, por el contrario, “la eliminación de gastos innecesarios en el gobierno y una reforma a la administración pública”, como bien lo manifestó en su intervención. Se espera entonces que en un eventual gobierno suyo el turismo detente un presupuesto robusto y acorde a la potencialidad del sector, y no retorne a valores de años anteriores o sufra las consecuencias de las dificultades económicas que pueda sufrir la economía nacional.

“El tema no es ni siquiera si hay ministerio o departamento administrativo, sino que el turismo tenga la importancia, los recursos y el liderazgo del presidente de la república. Y yo les puedo decir a ustedes con total franqueza que espero estar encima del desarrollo del sector”, afirmó.

Curiosamente, en esa misma línea se manifestó Gustavo Petro ante un eventual y cada vez más lejano MinTurismo: “El turismo en sus diferentes facetas es un gran polo de desarrollo, base de la ampliación de la nueva oferta exportadora con la que podemos construir una economía estable y permanente, sin los altibajos de las bonanzas. Bajo esa condición, lo que tenemos que propiciar no es la ampliación de una estructura administrativa, sino concentrar los esfuerzos institucionales en la promoción y construcción de la oferta exportable. No se trata de generar ministerios para cada área de actividad, se trata de mejorar la eficiencia de las instituciones existentes”, respondió a este medio el candidato de Colombia Humana.

En efecto, para Duque “ya existe un Viceministerio al que hay que darle toda la relevancia e instrumentos de financiamiento”.

El tema del Ministerio, sin embargo, como se puso sobre la mesa al final de la intervención, “no es para que nos den más plata sino para desarrollar una política turística que haga crecer al sector. Hoy estamos en una tercera línea y no tenemos acceso al Consejo de Ministros, y necesitamos articular todas las necesidades que tiene nuestro sector”, apuntó públicamente Rodrigo Maldonado, miembro electo de la Junta Directiva de Anato 2018-19.

 

PETRO, SOLO NOCIONES.

En el caso de Petro, la realidad es que la ausencia de un plan de política pública turística que posicione a la actividad como una alternativa a la economía (petróleo y minería), confirma el temor sobre la inviabilidad de su propuesta. Consultado sobre su visión del turismo, Petro apuntó que “el desarrollo de los acuerdos de paz genera una gran oportunidad para el turismo internacional”, que “nos estamos convirtiendo en una joya por descubrir para personas de todas las edades y segmentos económicos” y que todo ello “permite pensar en atraer más de cinco millones de visitantes al año, que debe ser nuestra meta”. No existen a la fecha, sin embargo, propuestas claras en turismo comunitario, generación de capacidad en las comunidades, formalización, gobernanza, y en general, un plan del turismo con enfoque social acorde a su visión política.

 

DUQUE, SIN NOVEDAD EN EL FRENTE.

A grandes rasgos, en la metodología de las siete íes de Duque (información, instituciones, infraestructura, industria, integración, inclusión e inspiración) no existe mayor novedad frente a la política que viene aplicándose en los últimos 16 años. Contar con información sectorial adecuada, desarrollar la infraestructura aérea y vial, impulsar la promoción turística en mercados internacionales estratégicos, facilitar acceso a la tecnología y agilización de trámites, son algunos de los frentes mencionados por el candidato del Centro Democrático. Se destaca, sin embargo, el compromiso manifestado por el candidato por bajar la carga tributaria a la micro, pequeña, mediana y gran empresa, y diferenciar la tributación por el tamaño de la empresa; propuestas que siempre son bien recibidas en el sector empresarial.

 

¿COMPROMISOS CON ANATO?

En su intervención, Duque enfatizó en la necesidad de incluir a Anato en las juntas directivas de Bancoldex y ProColombia, lo cual fue sin duda el compromiso más claro con el gremio de agencias. Sin embargo, ante la solicitud expresa de Paula Cortés Calle, presidenta de Anato, por endurecer el trámite del Registro Nacional de Turismo (RNT) como mecanismo para combatir la informalidad rampante, Duque fue menos enfático y planteó hacer seguimientos aleatorios para verificar el cumplimiento de los estándares, como ocurre hoy. “¿Cómo se maneja el balance entre regulación y libertad? Con la libertad total los turistas están expuestos a muchos riesgos, pero un exceso de regulación también termina limitando el acceso de muchos a empezar un negocio. Son problemas que existen en todo el mundo”, apuntó el candidato.

De igual manera, el expresidente saliente de la Junta Directiva de Anato, Alonso Monsalve, enfatizó en dos ocasiones en la necesidad de acercar e integrar turismo y cultura; “son dos ministerios que hoy no se hablan”, apuntó el directivo. Sin embargo, el candidato no hizo ninguna referencia al respecto.

Asimismo, ante el diagnóstico expuesto por Cortés Calle sobre la escasa competitividad de los guías de turismo y la insuficiencia del SENA en este propósito, Duque se ciñó a una propuesta transversal que calificó como “una de sus obsesiones”: apuntarle a la formación técnica para el empleo en los tres últimos años de bachillerato. “Eso nos permitiría tener técnicos en gestión turística, hotelera, quienes van a ser los mismos que la industria después va a reclutar”.

 

APUNTES SUELTOS DE DUQUE.

Para muchos analistas políticos, la llegada a la presidencia de Iván Duque se da como un hecho indiscutible a raíz de la fuerte división entre los sectores políticos representados por Gustavo Petro y Sergio Fajardo. Así las cosas, los énfasis y menciones de Duque tienen toda la trascendencia por lo que puedan representar en su eventual gobierno. Es el caso de Aerocafé, el criticado proyecto aeroportuario en Caldas, al que Duque parece querer apostarle. Asimismo, el candidato habló del proyecto vial Las Ánimas-Nuquí, que desde ya despierta escozor en las comunidades del Pacífico. Duque también se refirió a la necesidad de un mayor involucramiento de la Dirección Marítima (Dimar) en asuntos de turismo en el litoral Caribe y reiteró su preocupación por las inundaciones y canales fluviales en Cartagena.

FUENTE: turismo-y-elecciones-mas-dudas-que-certezas-

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