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"Salud o economía"

Devolver rápidamente los saldos tributarios, disminuir la tasa de retención en la fuente, declararlas exentas del impuesto del 4x1.000, son medidas de orden fiscal que se requieren para apoyar la consigna de proteger el empleo.

Lo simplificó el presidente de Argentina: “No tenemos que caer en el falso dilema de si es salud o economía. Una economía que cae siempre se levanta, pero una vida que se pierde no se recupera más”. No puede haber mayor debate entonces sobre las medidas de cuarentena y cierre de fronteras tomadas por el Gobierno Nacional. El problema, en el dilema, es que también la parálisis del aparato productivo produce hambre y de hambre se muere la gente, y por eso hay que tratar de mitigar, hasta donde se pueda, los efectos de las medidas preventivas que pueden llevar la destrucción del tejido empresarial, después difícilmente recuperable.

¿Qué vendrá después del 12 de abril? Esperamos que manteniendo algunas restricciones, y siendo estrictos en su observancia, sea posible, poco a poco, reiniciar todas las actividades económicas. Todo depende de cómo nos comportemos ahora.

Opinar es muy fácil, sin embargo hay que esperar lo que en su momento digan los que saben, pero de todas formas podríamos preguntarnos, por ejemplo, si aun en esta cuarentena, ¿no se podrían restringir algunos de los desplazamientos de los 34 grupos excepcionados en el decreto 457? Lo cierto es que desde el balcón se ven más candidatos al contagio caminando por las calles de los máximos necesarios para que los resultados de la cuarentena permitan levantarla.

En todo caso, no son pocas los columnistas de opinión que en estos últimos días han manifestado la obvia preocupación por el futuro de nuestras empresas, de las que depende el empleo, y la certeza de que la asistencia social (ojalá los corruptos no les echen mano a esos recursos) desfondará al fisco y que el hueco se buscará reponer con más impuestos que pagarán esas empresas sobrevivientes y menguadas, y la misma clase laboral.

Al turismo le tocó la peor parte. Ahora se venden más alimentos, lamentablemente a mayor precio, las empresas de mensajería, los proveedores de Internet, los productores de alcohol impotable y hasta los de gel antibacteriano, así no se trate de bacterias, entre otras, hacen su agosto, pero la industria de los viajes y el turismo es la primera víctima de la pandemia y la que más demorará en recuperarse.

De manera que con toda medida que el Gobierno adopte para aliviar los graves efectos de la pandemia en la industria, estará tratando de preservar al mayor empleador y al mayor exportador del sector servicios, y que de no ser así, no habrá tal “nuevo petróleo”. Entre ellas cabe destacar el aplazamiento del pago del IVA (decreto 435) y de la contribución parafiscal del turismo (decreto 397), las líneas de crédito especial de Bancóldex (resolución 004); y el nuevo plazo, hasta de 12 meses para efectuar reembolsos de boletos aéreos y otras facilidades para las compañías de transporte aéreo como la moratoria para pagos a la Aeronáutica Civil, suspensión de cánones aeroportuarios y devolución ágil de saldos tributarios (decreto 482). Entre las medidas generales mencionamos el aplazamiento de la presentación de la Declaración de Renta y del pago de las primeras dos cuotas del impuesto (decreto 435)

Ahora bien, como disposición especial para el turismo el ministro de Trabajo anunció el aplazamiento del pago de los aportes parafiscales (siempre y cuando mantengan sus trabajadores) pero aún no se ha expedido la norma (es importante que los anuncios vengan acompañados de las normas respectivas, si no lo que se crea es confusión y malos entendidos). Por otra parte, es necesario que el Ministerio de Comercio otorgue a todas las empresas turísticas, al igual que se autorizó para las compañías aéreas, un plazo hasta de 12 meses para el reembolso de las ventas turísticas rescindidas o canceladas.

Devolver rápidamente los saldos tributarios, disminuir la tasa de retención en la fuente, declararlas exentas del impuesto del 4x1.000, son medidas de orden fiscal que se requieren para apoyar la consigna de proteger el empleo, porque si no, muy a pesar, para evitar males mayores, muchas empresas se verán obligadas a recurrir a la suspensión de contratos laborales, medida prevista en el código de trabajo precisamente para situaciones de fuerza mayor como la que estamos soportando.

Lo anterior son paliativos para tratar de sobrellevar la crisis, sin que ellas garanticen la supervivencia, pero lo más importante serán las medidas para “el día después”, que necesitarán ser imaginativas, osadas, que estimulen el viaje y las vacaciones para tratar de recuperar el valor empresarial del turismo, claro que todo dependerá de que derrotemos al Covid-19, es decir que se invente la vacuna.

¡Confiemos en que sea muy pronto!

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