-¿Cómo recibe este reconocimiento por parte de Cotelco?
“Es el momento de ser más serios en el régimen de legalidad de la industria”
-Me siento muy orgulloso. Creo que cualquier persona en términos generales quiere en algún momento de su vida ser reconocido por lo que ha podido aportar a la sociedad y en este caso a la industria hotelera. Es una bonita manera de que las personas conozcan los aportes que uno ha hecho y es muy gratificante saber que esos aportes están siendo reconocidos, aplicados y que de alguna manera tienen algo que ver con el progreso y el dinamismo de la industria hotelera hoy en día en el país.
-¿Cuál ha sido el mayor reto que ha tenido a lo largo de su carrera?
-Uno de los que más recuerdo fue haber posicionado el Hotel Casa Medina en Bogotá y que hoy en día continúa siendo una de las propiedades más emblemáticas, no únicamente de esta ciudad sino del país y probablemente de la región.
-¿Cuáles son los aportes que usted ha hecho a la hotelería?
-Tiene mucho que ver con un liderazgo de puertas abiertas. Hablar con propiedad de algo que ya se ha experimentado. El tema del alma, del sentimiento, de lo que puede sentir un empleado o un colaborador en cualquiera de las instancias jerárquicas que tenga un hotel, es importante para poder mantener esa correlación humana que corresponde. Ése ha sido el aporte más grande, mirar las cosas desde el punto de vista humano y procurar que las personas entiendan el negocio integralmente, que se den cuenta de la importancia de su puesto, cargo o posición y cómo está contribuyendo al éxito de todos, no únicamente del hotel sino de sus compañeros de trabajo, de las gerencias, de los dueños, de los socios, etc.
- ¿Cuáles son los principales retos de la industria hotelera hoy en día?
-En Colombia es el momento de ser mucho más serios en el régimen que quiere establecerse para que haya legalidad en la institucionalidad de los hoteles. La competencia es saludable y obviamente eso muchas veces genera sobreoferta, que es normal mientras todos estemos en las mismas condiciones. Pero cuando la hotelería tradicional y bien estructurada tiene que pagar impuestos, seguros y empleados bien pagos, mientras la parahotelería no lo hace, allí hay un desequilibrio bastante importante e indudablemente eso es una tarea del estado, que debe ponerse serio al respecto y regular como corresponde.
-¿Qué enseñanzas se pueden sacar de otros países en este tema?
-Hay unas ciudades muy particulares que han sabido manejar el tema, por ejemplo, de Airbnb, como Barcelona y Nueva York, donde esto tiene que ver con la calidad del servicio que se está prestando. Si el gobierno encuentra la fórmula de generar un esquema homogéneo para todos pero que afecte directamente al usuario en cuanto a temas de satisfacción, de seguridad e integridad, es un buen comienzo. Es decir, si todos estamos compitiendo bajo las mismas condiciones, es el arranque inicial de una buena estructura hotelera. De resto comienza a existir un desánimo por parte de los inversionistas hoteleros de continuar creciendo, porque están desprotegidos.
-El promedio de ocupación en Colombia está entre el 50% y el 60%, lo que significa casi la mitad del inventario vacío. ¿Es eso sostenible?
-Sí, es sostenible. Son datos que toca analizar de una manera fraccionada. Esos entre 50% y 60% es el conjunto de una serie de hoteles en un sitio específico y con unas características particulares, pero dentro de los cuales se encuentran hoteles que tienen el 20% y no son viables y otros que tienen el 70%, que están produciendo excelentes utilidades y que llegan hasta el 90% el fin de semana. Y en ciudades corporativas como Bogotá puede que durante la semana estén al 75% y el fin de semana estén al 40%. Entonces esas cifras son promedios y los promedios muchas veces son engañosos.
-¿Cómo analiza usted lo que está pasando en varias ciudades como Cartagena y Bogotá, donde supuestamente hay sobreoferta pero están llegando jugadores con un gran músculo financiero?
-Esas grandes marcas le apuestan mucho más al futuro y eso es una cosa que a los colombianos nos toca aprender a digerir, mirar el futuro con mucho más optimismo y a mucho más largo plazo. Estas grandes cadenas tampoco es que tengan una responsabilidad económica muy grande, ellos son simplemente operadores o franquiciadores de una marca y pase lo que pase de todas maneras van a ganar.
Nosotros, los operadores y propietarios locales y nacionales, en muchas ocasiones somos quienes hemos puesto ladrillo por ladrillo en los hoteles y operamos a todo riesgo. Las cadenas hoteleras, si ven que por cualquier motivo la cosa no funciona, tienen muchas otras puertas de salida, nosotros no.
-¿Cómo ve la penetración tecnológica en la hotelería, hablando de distribución, mercadeo, operación, etc.?
-La tecnología es el nuevo elemento que mueve el mundo. Yo tengo mis dudas en si la tecnología en este momento nos está produciendo mejores utilidades o si nos está produciendo muchos más gastos. Eso es algo que hay que digerirlo muy bien.
A mí me parece que, por ejemplo, las plataformas de reservaciones, que es donde más impacto estamos viendo, nos están poniendo a competir también de una manera desequilibrada porque hay un monopolio y recordemos que ellos no han invertido un peso en nuestros hoteles. Han invertido en su plataforma y su red está conformada, y eso está bien, pero se llevan entre el 20% y el 25% del valor de la habitación y eso genera malestar, y no tenemos un apoyo adecuado en ese sentido.
-Y en cuanto al canal de agencias de viajes tradicionales…
-Años atrás las agencias de viajes no eran bienvenidas en los esquemas de reservas de los hoteles en Colombia. Después llegamos a una época en la que pudimos tener acuerdos y alianzas importantes.
Donde no nos hemos podido poner de acuerdo es en cómo comercializar nuestros hoteles, y las agencias de viajes procuran por todos los medios comercializar nuestros productos a punta de precio, bajando el precio para su cliente y no en beneficio de todos nosotros, incluido el cliente. Contando las OTAs, las agencias de viajes representan cerca del 40% de Hoteles Dann.
-¿Cuál es el balance para hoteles Dann este año que ya está cerca de terminar?
-Éste ha sido un año particular. Las elecciones y el Mundial de Fútbol sabemos muy bien que desaceleran la dinámica económica, pero sin embargo los hoteles han respondido muy bien en ese esquema y nos han dado la oportunidad de renovarnos en muchos aspectos y de buscar alternativas que nos permitan tener mejores márgenes de utilidad.
-¿Cuál fue la última novedad de la compañía?
-La última novedad es la ampliación en Barranquilla. Un hotel que hoy en día tiene 325 habitaciones y ha aumentado su capacidad de salones para eventos en más de 2.000 personas.
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