Una de las consultoras líderes en pronósticos globales y análisis cuantitativos, Oxford Economics, actualizó su último informe sobre el impacto del COVID-19 en la industria turística. La rápida extensión de la pandemia, las mayores restricciones oficiales a los viajes, las cancelaciones de eventos y la aversión al riesgo han llevado a la consultora a empeorar notablemente sus anteriores previsiones.
Advierten una caída sin precedentes de los viajes internacionales
Según Oxford Economics, es altamente probable que “en 2020 se produzca una caída sin precedentes en los viajes mundiales”.
EL ESCENARIO MÁS “OPTIMISTA”.
Para la consultora el mejor escenario sería que el COVID-19 esté contenido en los próximos cinco meses en los países afectados. En ese caso, las llegadas mundiales caerán al menos un 10,5% en relación con el año pasado, lo que equivale a 155 millones de llegadas menos.
En base a esas previsiones, el choque sería relativamente breve y la reparación rápida. Así y todo, Oxford Economics pronosticó que la recuperación total de la actividad llegaría en 2022.
En ese escenario más optimista, Asia Pacífico será la región más afectada, con una disminución del 15,4% en las llegadas de visitantes para 2020, equivalente a 55 millones menos en comparación con 2019. China, fuente del brote, no solo es el país que impulsa la caída en la región, sino también su principal víctima. Pero también Corea del Sur y Japón verán grandes recortes en sus números.
Las llegadas de turistas a Europa disminuirían un 9,7% en 2020. Si bien es un porcentaje menor en comparación con Asia Pacífico, representa un mayor volumen de viajes: 72 millones menos que en 2019.
El impacto en América sería igual al de Europa en términos porcentuales: una caída del 9,7% en los arribos internacionales. Estados Unidos se vería particularmente afectado, con una pérdida de 16 millones de viajes menos (-10,9%), casi el doble que el daño sufrido con el SARS.
LA PROYECCIÓN EMPEORADA.
En el escenario negativo, “cada vez más probable”, las llegadas mundiales caerían un 17,9% en 2020, lo que implicaría 263 millones menos que en 2019.
Estas previsiones suponen que el COVID-19 sea contenido recién dentro de los ocho meses próximos en los países afectados y haya nuevas restricciones de viajes.
De acuerdo a Oxford Economics, una vez que la situación se haya estabilizado, todavía habría una mejoría rápida de la industria turística. De todos modos, los números de 2021 no compensarían el descalabro y esperan que los niveles de viaje se recuperen por completo para 2023.
Bajo estos supuestos los impactos en América (-17,6%) y Europa (-18%) son más comparables al sufrido en Asia Pacífico (-21,6%).
LOS PRONÓSTICOS PARA LATINOAMÉRICA.
Tanto en el escenario más “optimista” como en el negativo, Sudamérica, América Central y el Caribe están entre las regiones donde el impacto del COVID-19 –si bien es significativo- está bastante por debajo del promedio.
En el mejor de los pronósticos, los arribos a Latinoamérica decrecerían en torno al 7% en 2020, que se traduce en 5,3 millones menos de llegadas. En caso de que se confirmen las peores perspectivas, el receptivo internacional en nuestra región caería un poco más del 12%, o sea, 9 millones menos de viajeros.
En números
17,9% caerían en 2020 los arribos internacionales en caso que se confirme el escenario más negativo previsto por Oxford Economics.
12% sería el impacto en Latinoamérica en el caso que se confirme las previsiones menos optimistas.
72 millones menos de arribos registraría Europa en el escenario más favorable.
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