“Nuestro desafío es la sinergia con el resto de la cadena turística”

-Para el cierre de 2018, nuestra previsión era que cerraríamos con el 55,5% de ocupación. Aunque todavía no hemos cerrado nuestras cifras del último mes del año, pienso que el cierre estará alrededor de esta cifra. Con respecto a la tarifa, terminamos 2018 con alrededor de $ 240 mil por noche. 2017 cerró con $ 233 mil y, en general, vamos a estar alrededor de ese promedio. Esta es una tarifa realmente baja, pues, si la convertimos, tenemos que son US$ 90, muy baja comparada con la de otros destinos internacionales. Colombia es muy competitiva en materia de hotelería y se vuelve aún más competitiva con la devaluación del peso.

-Es decir que se cumplió la expectativa que tenía el gremio con respecto a la ocupación…

-Sí, cerramos cumpliendo la expectativa que inicialmente teníamos. Para nosotros, un tema importante el año pasado fue la reducción del número de licencias de construcción conferidas para desarrollos hoteleros, pues terminado el beneficio tributario de la ley 788 de 2002, se nota un descenso en la aprobación de metros cuadrados de construcción para hoteles. Esto ligado al hecho de que es menos interesante para los inversionistas dada la baja ocupación. Un 55% de ocupación no es ideal y en el mercado hay otras alternativas más interesantes de inversión que ofrecen una mejor rentabilidad. De esta forma, en la medida en que la hotelería deja de ser interesante, podremos ocupar las habitaciones existentes porque se van a construir menos hoteles. Esto no quiere decir que no se vayan a construir, pero sí se harán muchos menos que en el pasado reciente. Eso nos permitirá mejorar nuestra ocupación y, por supuesto, la tarifa. Creo que en unos tres años estaremos nuevamente sobre el 60% de ocupación general en el país. Desde este punto de vista, no incrementar el inventario es beneficioso para el tema de la ocupación y la tarifa, pues se limita la oferta.

-Cotelco ha mencionado que uno de sus principales retos para este año iba a ser cuantificar los efectos de la Ley de Financiamiento, ¿qué impacto le genera a la industria el acto legislativo que se aprobó?

-La ley tiene varios resultados positivos. Uno de ellos, que nosotros no compartimos inicialmente, fue darle un beneficio del 9% de renta a la hotelería. La verdad es que no queríamos más beneficios porque tenemos una ocupación del 55%. Desde esa perspectiva, podríamos decir que esa decisión afecta un poco la posibilidad de contraer la oferta. A su vez, nos parece positivo que el Gobierno vea en la hotelería un motor de desarrollo, porque esa decisión del presidente de otorgarle a la hotelería un beneficio de renta, y de planteárselo de esa manera al Congreso, obedece a que el presidente está convencido de que, efectivamente, la hotelería es un motor de empleo y desarrollo en las regiones. Nos satisface que el ejecutivo tenga presente al sector y considere que somos un sector generador de empleo en las regiones y que por eso merecíamos tener una renta diferencial entre los diferentes sectores de la economía.

-Cuéntenos sobre el decreto que, se espera, convierta a la hotelería en actividad industrial y qué beneficios tendría para el segmento.

-Entiendo que este año arrancó el trámite de ese decreto, pues así nos lo manifestó el viceministro en diciembre. Así las cosas, a finales de este mes o a principios de febrero esperamos tener la buena noticia de que el decreto fue firmado por el presidente. Efectivamente existe la decisión del Gobierno de reconocer a la hotelería como una industria. El principal beneficio que esto traería sería el desmonte de una sobretasa al 20% la energía. El debate en el que estamos es que nos mantuvieron una sobretasa a la energía que se le quitó al resto de la industria. Lo que nosotros decimos es: “si la ley dice que somos industria, ¿por qué pagamos sobretasa?”. Al eliminarla, podemos calcular que estaríamos quitando un sobrecosto de aproximadamente $ 34 mil millones anuales que están pagando las propiedades.

-¿Cuál considera usted que es el principal desafío que enfrenta un hotelero durante este año para incrementar sus ingresos?

-El principal desafío es incorporar la tecnología en la gestión de comercialización. No se trata de estar en una OTA porque sí, sino entender cómo funciona la comercialización y qué papel juegan las plataformas tecnológicas como Booking, Expedia y Despegar; cómo gestionar las redes sociales y los comentarios de los usuarios en línea, entre muchas otras variables. Hoy en día, la comercialización tiene muchas aristas y la mayoría de los empresarios no tienen muy claro cómo lidiar con las diferentes opciones disponibles en el mercado. Por eso, es posible que el mes entrante, Cotelco arranque con un plan de innovación y desarrollo tecnológico para la hotelería, precisamente para apoyar y acompañar a los hoteleros en su proceso de comprender el mundo tecnológico y las herramientas disponibles para incrementar su competitividad.

-¿Qué trabajo deben hacer los empresarios hoteleros en conjunto con los operadores turísticos y agencias de viajes?

-Tenemos que trabajar en innovación y diferenciación al articular nuestra oferta con la de los destinos turísticos para generar actividades que hagan más atractivos los destinos. Los hoteles proveemos alojamiento, pero no somos parques temáticos ni oferta de entretenimiento. En la medida en que en el destino haya más cosas para hacer, la gente prolongará sus estadías y la hotelería se va a beneficiar. Es fundamental que las regiones desarrollen nuevos productos y posibilidades de entretenimiento para que el visitante encuentre atractivo el destino y se quede más tiempo. Un gran reto es la articulación de manera mancomunada con los operadores, agencias de viajes y autoridades locales para generar nuevos productos turísticos. Se trata de sinergias con el resto de la cadena turística.

-¿Cómo recibió el gremio el nuevo Plan Sectorial de Turismo?

-Lo más importante del Plan Sectorial de Turismo que plantea el gobierno es que se ejecute. Es necesario que, efectivamente, las líneas de infraestructura, conectividad y desarrollo de producto, que son muy importantes, sean objeto de una agenda muy comprometida por parte de las instituciones para que se concreten, se cumplan y se avance en ellas.